martes, 16 de octubre de 2012
Avelino Guillén Jauregui
MISION CUMPLIDA, entrevista al ex fiscal
Avelino Guillén Jauregui
Proverdad.com.-
Pocas personas te inspiran confianza desde el primer momento y se apasionan
tanto con la lucha contra la corrupción y la impunidad. Avelino Guillén Jáuregui,
el ex fiscal reconocido por su brillante participación en el “megajuicio”
contra Alberto Fujimori, habla sobre su renuncia al Ministerio Público luego de
tres décadas de labor intensa, analiza el sistema de evaluación del Consejo
Nacional de la Magistratura que ocasiona que jueces y fiscales se preocupen más
por su currículum que por su trabajo; y, revela su satisfacción por haber
logrado reconciliar al sistema de justicia con la sociedad, demostrando que hay
fiscales que pueden trabajar limpia y honestamente por el Perú.
Entrevista:
Miguel Jiménez Torres*
¿Cómo
se siente usted después de haber renunciado al Ministerio Público, institución
en la que trabajó durante tres décadas?
Bueno, tengo una gran satisfacción de haber
cumplido con la misión que nos asigna la ley. Si bien es verdad es una
situación bastante… se podría definir dolorosa, por el alejamiento de la
institución a la cual amo mucho; por otro lado, tengo la enorme satisfacción de
haber cumplido con el trabajo que se me encomendó. Sobre todo me alienta mucho
el reconocimiento permanente y constante del público reconociendo mi trabajo en
las diversas dependencias en las cuales he trabajado. Haciendo un resumen, me
siento en reposo, satisfecho por la labor cumplida y esperando más adelante
asumir nuevos retos en mi carrera profesional.
Después
de tantos años al servicio de la Fiscalía, como parte integrante del Sistema
Administración de Justicia de nuestro país, ¿qué lo motivó a presentar su
renuncia?
Lo que pasa es que tuve que renunciar en
razón de que las plazas de fiscales supremos se iban a cubrir y yo ya no podía
permanecer a nivel de la instancia suprema y consideré que ese era el momento
oportuno para renunciar en el sentido que se me anunció que la plaza en la cual
yo venía ocupando provisionalmente iba a ser ocupada por un señor Fiscal
Supremo titular, eso determinó mi renuncia al Ministerio Público.
¿Consideró
usted que iba a ser un retroceso en su carrera, si luego de haber alcanzado el
cargo de Fiscal Supremo retornaba a su plaza titular de Fiscal Superior de
Lima?
Yo creo que después de haber trabajado en los
últimos diez años en las tareas más importantes del Ministerio Público, el
haber intervenido en el juzgamiento de los principales funcionarios de Estado…
no se olvide usted que yo he participado en los juicios más importantes del
país en los últimos 10 años y he intervenido en los juicios de ministros,
vocales supremos, fiscales supremos, congresistas y una serie de personalidades
en las cuales he obtenido un resultado exitoso para el Ministerio Público,
alrededor del 99 por ciento. En tal sentido, consideré que ya no era pertinente
trabajar en la instancia superior.
¿La
Fiscal de la Nación o alguno de los Fiscales Supremos le manifestaron que
querían que usted siga siendo Fiscal Supremo, a pesar que se cubran dos plazas
luego del concurso del Consejo Nacional de la Magistratura?
No, nunca se me manifestó eso. No se me
manifestó que continuara yo como Fiscal Supremo.
¿Alguien
insistió para que no renuncie?
En el Ministerio Público no. A nivel de la
instancia suprema no. A niveles de superiores y provinciales sí. Muchos
fiscales me pidieron que yo piense bien mi decisión, pero yo ya había tomado
esa decisión.
¿Tampoco
le han propuesto ser el representante del Ministerio Público ante el Consejo
Nacional de la Magistratura?
No, porque hay un impedimento legal. Para ser
representante de la Fiscalía ante el Consejo tendría que haber renunciado 6
meses antes, tendría que haber renunciado en mayo o junio de 2010. Porque se
entiende que el Ministerio Público ha tenido que designar a su representante a
partir del mes de diciembre de 2010. En tal sentido, la renuncia tiene que ser
6 meses antes y yo he renunciado recién en febrero.
Entonces, no puedo bajo ningún punto de vista
ser representante de la Fiscalía ante el Consejo.
Si
ninguno de los Fiscales Supremos le dijo que se quedará, ¿a qué cree que se
deba eso?, ¿usted tiene problemas con alguno de sus colegas?
Ninguno. No tengo ningún problema con ningún
Fiscal Supremo. Tengo una relación cordial y de respeto sobre todo a mis
superiores y no considero tener ningún problema, ni laboral, ni personal con
ningún Fiscal Supremo.
Con
respecto a las evaluaciones del CNM, ¿qué piensa del sistema de evaluación y
calificación que realiza el Consejo Nacional de la Magistratura?, ¿es el
sistema idóneo para seleccionar a los mejores postulantes?
Siempre es un problema muy difícil de abordar.
Yo considero que el Consejo todavía no tiene un método adecuado para elegir a
los magistrados a nivel nacional; yo creo que lo primero que tienen que hacer
es tener un perfil del juez o fiscal que se quiere buscar.
Tiene que haber una mixtura de lo que se
quiere, o sea, por un lado, trabajar el tema de la trayectoria académica, los
logros académicos los tienen que equiparar -me parece- con una trayectoria
laboral; y un tercer punto que es fundamental y para mí el más importante, es
el que tiene que ver con la honestidad y con la trayectoria en asuntos
disciplinarios de los candidatos. Puede ser un candidato brillante en cuanto a
lo académico, pero muy cuestionado en cuanto a su honestidad y su integridad.
En tal sentido, yo creo que el Consejo tiene
una labor muy difícil y lo primero que tiene que hacer es combinar tanto el
aspecto académico, como la trayectoria profesional y sobre todo medir los
resultados en la gestión. Porque muchos candidatos pueden tener grandes títulos
académicos, un gran currículum; sin embargo, no exhiben -ninguno de ellos-
resultados en su trabajo. No tiene una hoja de vida que diga “yo he conseguido
esto durante mi trabajo, éstos son mis éxitos profesionales”, no los tienen.
Yo creo que el Consejo tiene que hacer una
mixtura, un balance y no se quiere tanto. Me parece que tiene que hacer un
equilibrio entre lo académico, la trayectoria profesional, los resultados y
sobre todo la honestidad y la integridad.
¿Cree
entonces que la evaluación del Consejo Nacional de la Magistratura valora más
el aspecto académico y por ello algunos fiscales o jueces piensan más en la
publicación de libros, artículos en revistas o el dictado de clases, antes que
la revisión y resolución de sus expedientes?
Lo que pasa es que los señores jueces y
fiscales en la actualidad más están pensando en su currículum. Hay un problema
que los agobia y yo los entiendo y los comprendo porque todos padecemos lo
mismo. Están viendo cómo mejorar su currículum y no están concentrados en el
trabajo que realizan.
Yo he conversado con fiscales cesantes ahora
último y me dicen: “ya no se ve lo que antes teníamos nosotros… el amor por la
camiseta, nosotros trabajábamos –ellos me manifestaban eso- … por la institución, sin pensar muchas veces
-y eso quizás pueda ser una debilidad- sin pensar en el futuro… nos
entregábamos al trabajo”; y eso es lo que he tratado de hacer. Yo siempre he
trabajado como si fuera un provisional, he tratado de cumplir con mi trabajo y
de alguna forma tener una nueva visión del fiscal ante la sociedad, yo he
buscado conciliar al fiscal con la sociedad, una sociedad que a nosotros nos
rechaza, una sociedad que nos considera corruptos, una sociedad que ve al juez
o fiscal como un elemento corrupto.
Yo he tratado de demostrarle a la sociedad
que puede haber funcionarios que pueden trabajar limpiamente, honestamente a su
servicio; que eso puede cambiar la cara del Ministerio Público. Esa ha sido mi
misión yo creo que de alguna forma lo he conseguido, porque a través de una
serie de entrevistas y difusión de mis pensamientos hay un gran número de
personas en la colectividad que están convencidos que efectivamente existe un
rango de fiscales que pueden ser útiles a la sociedad y que pueden ser gente
honesta.
Entonces, lamentablemente muchas veces los
fiscales y jueces están pensando permanentemente en el currículo y ese es un
problema que descuida el trabajo.
El trabajo de un juez y un fiscal es muy
arduo, es muy extenuante, lamentablemente. Yo por ejemplo, yo cuando trabajaba
en la Fiscalía Provincial en el año 88, en el año 90, en una Fiscalía
Provincial yo tenía alrededor de 12 personas que colaboraban conmigo, doce
personas!. Teníamos tanto personal que a veces hacíamos doble turno porque no
entraban las doce personas en mi oficina, entonces de 12 a 14. Ahora en una
Fiscalía Provincial en la actualidad no pasan de cinco o seis; y, sin embargo,
habiéndose reducido a la mitad el personal, la carga procesal se ha duplicado.
Entonces como puede usted trabajar y cumplir
con su trabajo teniendo la mitad de personal y teniendo el doble de carga
procesal. Es muy difícil, uno trabaja mañana, tarde y noche, entonces, es
imposible que un fiscal cumpliendo con su trabajo, o sea, realizando
verdaderamente su trabajo, pueda tener tiempo para publicar libros, para
publicar artículos semanalmente. Es muy difícil, es imposible. Lo que podría
hacer es dejar de trabajar medio tiempo -lo que muchas veces se da- y hacerlo
en horas de la tarde o hacerlo en horas de la mañana, pero descuido mi trabajo;
entonces uno tiene que elegir, o el trabajo o tu misión y tu cumplimiento con
tu deber frente a la sociedad. Uno tiene que elegir.
Con
respecto a su carrera fiscal. Usted se inició como Juez de Paz Letrado en Villa
El Salvador, luego fue Secretario de Juzgado… y de estar en el Poder Judicial
¿por qué prefirió ser fiscal por 30
años?
Yo me inicié cuando en el año 80 -yo egresé
de la universidad en el año 79-, comencé a trabajar como juez de paz no letrado
en Villa El Salvador cuando era pueblo joven. Yo después pasé a ser secretario
de juzgado en Andahuaylas, Apurímac, y yo tenía la mira de trabajar en la
Fiscalía, pero en ese momento todavía no habían convocatorias en la Fiscalía y
cuando estoy trabajando… no se olvide usted que en la constitución del 79 es
que se le da independencia al Ministerio Público y a partir de allí se va
creando el Ministerio Público como institución autónoma… entonces, yo a partir
de la primera convocatoria que se da en agosto del año 81, yo trabajando como
secretario de juzgado en Apurímac, me presenté al concurso y comencé a trabajar
en el Ministerio Público. Mi objetivo siempre fue iniciarme en el Ministerio
Público.
Yo no quise trabajar en el Poder Judicial
porque yo veía muchos cuestionamientos a los jueces. Quería trabajar en una
institución nueva que recién se estaba formando, tal es así, que el primer
fiscal de la Nación, Don Gonzalo Ortiz de Zevallos, es quien construye el
Ministerio Público, es el que organiza el Ministerio Público desde cero en el
gobierno del señor Fernando Belaunde. Yo he ingresado a trabajar en el
Ministerio Público en noviembre del año 81 hasta febrero del 2011 y he ocupado
todos los cargos en el Ministerio Público, desde abogado auxiliar hasta Fiscal
Supremo.
Después
de haber transitado por todos los niveles del Sistema Fiscal en el Ministerio
Público, ¿en qué cargo o en qué dependencia se ha sentido más a gusto y por
qué?
A mí lo que más me ha gustado siempre son los
juicios orales, ahí es donde realmente se ve al fiscal. Es donde más me he
sentido complacido porque ahí uno siente en sus espaldas la representación de
una institución, o sea, uno habla por el Ministerio Público y he tenido grandes
juicios a lo largo de mi carrera. A pesar de que al comienzo no he tenido
ningún apoyo, trabajaba prácticamente sin apoyo de movilidad, sin seguridad, yo
he ido a los penales solo, tomaba mi taxi mi tico y llegaba a los penales a
juzgar a gente como Víctor Joy Way, a gente con todo un equipo de abogados yo
sólo frente a ellos. Entonces, como Fiscal Superior yo me he sentido muy a
gusto, satisfecho con lo que realizaba.
También me gustó mucho el trabajo como
abogado auxiliar recorriendo las dependencias policiales, he visto muchos
abusos de parte de la policía, detenidos que no estaban registrados, la
situación en sus calabozos, detenidos que estaban más de 24 horas, hemos
trabajado fuerte como abogado auxiliar. En fin, en todas las plazas me he
sentido cómodo, pero si usted me exige un lugar es el de Fiscal Superior en
audiencia donde yo verdaderamente me he sentido realizado y satisfecho porque te
permite realizar una labor completa. Uno estudia el caso, uno consulta a los
colegas, consultas a profesores, a amigos que conocen más sobre ese tema,
consultas a otros especialistas…
Le doy un ejemplo, yo inclusive llegué a
enfermarme -esto nunca lo he divulgado-, en un juicio que yo seguí contra el ex
ministro de economía Jorge Baca Campodónico, pero para mí fue una tensión tan
fuerte porque fue una operación de salvataje de un Banco muy importante, que
descuidé un poco mi salud pero luego me recuperé rápidamente con ayuda médica.
Tuve un problema bronquial y por qué, porque yo centré todo mi trabajo, porque
era un tema que no se ve todos los días. Un tema de Banca, de desbalance, de
salvataje de un Banco, es un tema básicamente de contadores y auditores;
entonces yo consultaba permanentemente a contadores y auditores, leía
legislación sobre ese tema, es bonito es hermoso porque es un trabajo de
especialistas.
En cambio, con los abogados es diferente
porque los abogados qué es lo que hacen en los estudios grandes, llevan un
especialista para cada tema. Para interrogar a temas bancarios traen un abogado
experto en bancarios lo contratan para eso e interroga él; para un tema laboral
traen un experto en laboral, para presentación de pruebas traen otro abogado, o
sea, son equipos de abogados.
En cambio el fiscal no puede hacer eso, es
uno sólo entonces el reto es enorme. El Fiscal Superior consulta, investiga,
recopila pruebas, obtiene pruebas, basa la prueba. Es lo que he hecho siempre
en todos los juicios, entonces esa es una labor muy delicada la cual me hace
sentir muy satisfecho.
Con
respecto al “megajuicio”, ¿cuál episodio recuerda más de su participación en el
juicio al ex presidente Alberto Fujimori?
El juicio en sí es muy importante
globalmente, pero para mí lo más importante del juicio fue la presentación de
la prueba. Nosotros presentamos alrededor de 514 pruebas más o menos durante el
juicio, fue una labor muy extenuante porque te exigía una labor de estudio
permanente, una preparación porque el tribunal puso una valla muy alta. No es
como en anteriores juicios donde uno dice tengo estas pruebas y las entrego.
No, no es así. Tenía que presentar la prueba, decir porqué es útil, porqué es
idónea y para qué me sirve; y luego tenía que decir cuál es el valor probatorio
de esa prueba, o sea, esas cinco cosas tenía que cumplir, cinco exigencias que
puso el tribunal y uno tenía que acatar; y aparte la defensa del señor Fujimori
iba a replicar, iba a tratar de argumentar contra mis pruebas. Entonces uno
tenía que estar preparado porque a mí lo que me encanta es la polémica y el
debate…
A mi siempre todos los Fiscales y los
Fiscales Supremos me decían: “tú en el juicio eres como un pez en el agua, ese
es tú campo”. Para mí, la presentación de la prueba fue determinante. Cuando
nosotros terminamos la presentación de la prueba, yo lo observaba
permanentemente al señor Fujimori. Yo me di cuenta que él ya se había percatado
totalmente que él iba a ser condenado porque la prueba fue estructurada en doce
capítulos. Nosotros preparamos 12 capítulos probatorios donde estaban las 514
pruebas y yo lo iba observando, a su defensa. Cuando terminamos nuestra
presentación de la prueba, yo me di cuenta permanentemente que el gesto del
señor Fujimori, desafiante y convencido de que podía ganar el juicio, ya cambio
radicalmente. Él ya se preparaba para una condena. Porque yo me demoré en la
presentación de prueba casi tres meses, de agosto a diciembre, mire usted,
estuve lunes miércoles y viernes durante todo el día presentando pruebas esa
fue una exigencia académica muy fuerte, ningún fiscal ha hecho eso, ninguno. En
ningún juicio usted ha visto eso. Y eso me permitió a mí tener seguro el caso;
y ellos ya cambian, su discurso pasa a un discurso previendo una sentencia
condenatoria.
Doctor,
teniendo en cuenta lo que usted ha dicho, sobre los requisitos que pidió el
tribunal para las pruebas, ¿es distinto acusar a una persona que aprieta el
gatillo que a una persona que está detrás, o sea, lo que es “autoría mediata”?
Claro, porque lo que tiene que usted probar
es el vínculo entre el ejecutor material, el autor directo con la persona que
ha dispuesto esa orden, esa ligazón; entonces usted tiene que demostrar que se
dio eso, no es fácil.
Es un mayor reto porque en el Perú claro ya
se había dado habían antecedentes, por ejemplo en el caso de Abimael Guzmán, el
terrorista Abimael Guzmán se dio también. Pero en el caso de Abimael Guzmán él
ya dejó algunas pruebas de sus órdenes porque Abimael Guzmán ellos daban
órdenes consignas que se cumplían a través de los ejecutores. Acá en cambio el
señor Fujimori las órdenes eran verbales y no quedaba constancia de nada.
Entonces la dificultad para probar eso era muy difícil. Ahora bien, para eso yo
he contado con apoyo de muchos fiscales que yo consultaba. Una fuente de
consulta inicial sobre los interrogatorios para mí -y un maestro- es el doctor
Pablo Sánchez, Fiscal Supremo titular. Yo le consultaba algunos temas generales
sin mencionar nombres de cómo debía desempeñarme, siempre le he consultado. He
consultado a otros ex fiscales, magistrados en actividad o cesantes como el
doctor Daniel Caballero, gente que conoce mucho y que a uno lo guían en la
carrera.
Cada
fiscal tiene su estilo pero, ¿Por qué usted fue más riguroso y provocador?
Lo que pasa es que siempre ha sido mi forma
de ser así, mis interrogatorios han sido más directos, más incisivos. Yo trato
de alcanzar objetivos en audiencia. Cada testigo para mí es útil y el testigo
va a tratar de negar todo, va a tratar muchas veces de mentir, pero de todas
esas respuestas donde va tratar de evadir una respuesta adecuada, yo trato ahí
de obtener algo positivo para mí, mi tesis incriminatoria para mi posición.
Entonces, mi estilo desde siempre desde que
yo ingresé al tribunal… mucha gente me consulta a mí dónde he estudiado yo
esto. Yo no he estudiado esa forma de interrogar ni mi actuación en el
tribunal, eso lo he ido aprendiendo desde el año 86 donde fue la primera vez
que asistí a audiencias y desde que me inauguré en audiencias yo siempre he
tratado de ser así. Lo que pasa es que he sido muy apasionado por la justicia,
por la verdad; y hay cosas que a mí me provocan un mayor énfasis en mi trabajo,
como es la injusticia y la impunidad.
¿Concuerda
como muchos que fue usted quien puso en su sitio a Fujimori cuando en una
audiencia le dijo: “Siéntese bien… está en una sala de juzgamiento”, o “deje de
sonreír cuando se dirija a esta Fiscalía”?
Lo que pasa es que en una audiencia -yo
aprendí eso hace algunos años-, en una audiencia el acusado siempre trata de
tener el dominio de la escena. Hay acusados que vienen y hablan muy alto,
gritan, se comportan muy agresivamente, otros majaderamente y otros
groseramente. Usted vea en audiencia a Montesinos por ejemplo, grosero,
insulta, insulta a todo el mundo, agrede verbalmente, para que no le puedas
repreguntar y entonces allí hay una situación muy complicada. El señor
Fujimori, desde el comienzo, él trató de imponer su autoridad, su condición de
ex presidente, quería hacer como si estuviera dando una conferencia de prensa.
Entonces, él se sentaba en un sillón giratorio, en un sillón gerencial y yo lo
primero que exigí es que él usara el mismo -eso no está registrado en los
videos, esto es una revelación para usted-, yo lo que pedí es que por ejemplo
él usara el mismo tipo de silla que yo. Yo siempre dije, yo quiero una silla
fija la más sencilla y si el fiscal que interroga esta usando una silla
sencilla el acusado tiene que usar el mismo tipo de silla. Entonces allí ya le
quité el movimiento con el que él hacía lo que quería. Porque él… usted le
preguntaba algo, y él sonreía, giraba a su izquierda y miraba a sus hijos y se
burlaba y hacía así (gestos) ¿qué dijo señor fiscal? Esa era una burla.
Entonces yo le dije, un momentito, acá las reglas son las siguientes: yo
pregunto usted responde, me ha escuchado usted?, usted me responde no con
gestos sino, dígame, me ha escuchado ¿si o no? Entonces, ahí él entendió.
Yo lo que quise ahí son tres cosas en la
audiencia, en primer lugar hacerle ver que es un procesado y hacerle ver al
mundo entero que él tenía la condición de procesado. Dos, que en la condición
de procesado, él estaba en la obligación de guardar respeto a todos así como
uno está en la obligación de guardarle respeto a él. Y tres al final de la
audiencia yo traje a colación a la víctima, la víctima el gran olvidado en
todos los juicios. Porque en el juicio siempre es el fiscal, el acusado, el
juez, y la víctima? Entonces, yo en la parte final de mi interrogatorio yo le
pregunto por cada una de las víctimas. Yo sabía que él iba a negar pero la cosa
es traer a la víctima al juicio, introducirla, que toda la gente vea su dolor,
sus deudos. Entonces yo… usted conoció a tal persona… a tal persona, a todos…
Leerle
los nombres…
Leerle los nombres para que la gente recuerde
eso que el juicio es por las víctimas, no es por Guillén, yo no existo ni es
por él, sino que es por las víctimas que son los grandes agraviados.
¿Los
integrantes del grupo Colina lo hicieron enfadar durante el juicio, quizás con
el general Julio Salazar Monroe perdió la paciencia al recordarle que no estaba
en la playa La Tiza?
No, en general lo que pasa es que ahí fue uno
de mis interrogatorios más largos. Yo creo que lo interrogué más de ocho
sesiones al general Julio Salazar porque él tenía abundante información y de
enfadarme… el que quizá más me incomodó fue Sosa Saavedra por el desprecio
absoluto que mostraba con las víctimas, o sea, decía como que… el mensaje entre
líneas que lanzaba era que las víctimas eran lo peor. Era basura.
Si es terrorista hay que matarlo…
Ni siquiera decía eso, por eso decían que el
termino eliminar, en el término castrense para ellos significa levantar
desmonte, entonces en el juicio él daba a entender porqué tanta cosa por ésta
(gestos). Porque uno en el interrogatorio, usted escucha una respuesta, pero
usted tiene que leer la entrelínea qué
es lo que él quiere decir; entonces yo no repregunto necesariamente lo que él
me ha dicho sino que yo repregunto hacia donde él quiere esquivar y hacia lo
que él quiere… yo me doy cuenta que es lo que él está pensando y hacia donde
está yendo. Tengo que taparle las salidas. Entonces usted tiene que tener una
agilidad mental muy fuerte allí. Es por eso que ahí… yo cuando estoy en el
tribunal yo me olvido de todo, yo estoy solo y lo enfoco a usted. Acá al
costado se pueden estar matando y no me doy cuenta, lo tengo acá a usted
centrado, lo tengo cuadrado, así usted pestañee, yo me estoy doy cuenta de todo
y ahí lo estoy viendo. Entonces, esa es mi labor como fiscal y para eso yo me
he preparado durante más de 20 años.
¿Cuál
es su balance del juicio? ¿Fue justa la condena impuesta?
Es una condena bastante severa pero justa y
proporcional al grave daño que ocasionó el señor Fujimori.
¿Está
usted de acuerdo con la cárcel dorada que tiene el condenado Fujimori en la
DIROES?
No, es una burla, él está en una condición de
alojado -yo siempre lo he repetido en diversas entrevistas-, no es
verdaderamente un centro de de reclusión. Es la celda más grande del mundo
porque él tiene en la actualidad 10 mil 500 metros asignados a él. No se sabe
que es lo que ocurre en esos 10 mil 500 metros, ninguna autoridad, ni del INPE,
ni del Ministerio Público, ni del Congreso, ningún periodista ha podido
ingresar a esos ambientes, no existen fotos del interior de esos ambientes, es
un secreto. Entonces todos los días escucho comentarios de que allí se realizan
eventos partidarios. La semana pasada estuve en Ica y me comentaban que todos
los alcaldes que fueron elegidos en Ica donde ellos han tenido una gran
votación y estuvieron a punto de ganar el gobierno regional -porque pasaron a
la segunda vuelta-, tuvieron un cónclave una asamblea de todos los alcaldes de
Ica en la DIROES y habían viajado con todos sus equipos y ahí habían recibido
capacitación, o sea, es un local partidario. Eso lo sabe todo el mundo. Si yo
lo sé que soy un modesto abogado, eso lo saben las autoridades del INPE,
Justicia… están perfectamente enterados de todo.
Luego
que se ha dado a conocer, a través de un cable filtrado de Wikileaks, que
congresistas fujimoristas revelaron haber pedido al APRA “imparcialidad en el
juicio” a cambio de “apoyo político” en el Congreso. ¿Cree usted que esa
negociación política esté realmente favoreciendo al reo Alberto Fujimori?
Lo que yo puedo decir es que él tiene un
trato extremadamente benigno. Él como ex presidente no puede ser objeto de
maltratos merece un trato adecuado a su investidura pero no podemos olvidar que
él ha cometido graves crímenes, él ha sido condenado por homicidio calificado,
por asesinato y ha sido condenado por corrupción. Él ha reconocido haber
incurrido en actos de corrupción. Entonces, esa situación determina que también
él tiene que cumplir con los rigores de una condena. Entonces, él no puede
convertir su centro de reclusión en un local partidario. Además de acuerdo a
ley, los locales públicos, la dependencias públicas no pueden ser utilizadas
como locales partidarios y la DIROES es una dependencia policial, es una
dependencia del Estado sufragada con nuestros impuestos por todos nosotros; en
tal sentido, él no puede convertir ese local en un establecimiento político. En
tal sentido, allí lo que se ve que es una absoluta permisibilidad, complicidad
de parte del Ministerio de Justicia al permitir todas estas actividades.
Usted
que se dedicó por 30 años a ser Fiscal, a defender los derechos humanos y a
perseguir el delito, ¿a qué ha pensado dedicarse desde ahora?
Yo voy a tomarme unos meses de evaluación,
voy a preparar algunos documentos. Algunos medios me han pedido que yo escriba
en algunos periódicos, pero todavía no voy a hacerlo. A mí me gustaría,
-siempre lo he señalado desde cuando era fiscal- seguir trabajando en los temas
que tenga que ver con la lucha contra la corrupción contra el crimen organizado
y contra el narcotráfico. Espero más adelante, seguramente, si es que hay
posibilidades con el cambio de régimen, tener alguna posibilidad de trabajar
para el Estado en esos campos. Si no es así, yo trabajaré como abogado
independiente ejerciendo en mi estudio jurídico como abogado para defender
procesos en forma independiente.
Es
decir que si el próximo gobierno lo llaman para ser por ejemplo Ministro de
Justicia u otro cargo, ¿usted aceptaría?
Depende. Primero estamos hablando
hipotéticamente…si es que me llaman, bueno eso sería ser pitonizo; pero yo no
puedo renunciar a mi obligación de trabajar por el Perú, por el Estado, en
tareas que considero que yo estoy capacitado y preparado para trabajar. En tal
sentido, si me llaman en alguna oportunidad para desempeñar un cargo en las
áreas que yo le he mencionado y que son muchas más también, yo lo evaluaría eso
y estaría dispuesto a seguir de alguna forma ser un soldado del país para
contribuir, para sanear este país.
¿No
ha pensado en incursionar en política? ¿Alguna organización política lo ha
llamado para que postule?
No,
ninguno me ha llamado para que postule. Yo la política lo veo un poco
complicado (SIC). No soy muy bueno como político porque yo soy directo y
transparente y el arte de la política es el saber actuar, el ser un gran
artista de teatro, el mentir, el disfrazarse de algo, ofrecer A y hacer Z,
tener un discurso B y hacer J. Entonces, eso yo no podría porque yo diría lo
que pienso hacer y al final quizás eso sería contraproducente en términos
electorales. No me veo con pasta de político no es mi escenario, donde yo me
siento más cómodo es trabajar en la función pública en tareas que a mí me
gustan mucho como es el combate al delito.
En el Perú, la delincuencia y el crimen le
están ganando la guerra al Perú. Eso es algo que no reparamos. Si usted lee los
diarios todos los días la gran cantidad de grandes sucesos de corrupción que se
dan en el país y que esos hechos no merecen una sanción, se da cuenta que la
gran corrupción, el crimen organizado lejos nos está dando una goleada, una
paliza al Perú; y eso es algo que tenemos que tratar revertir, y es porque los
políticos y los peruanos no nos ponemos de acuerdo para eso. No existe un
compromiso de poner en agenda en el Perú el tema de la corrupción.
Los políticos… usted analice, hasta hoy día
ningún candidato presidencial ha hecho una propuesta diciendo “yo voy a hacer
esto en el tema de la corrupción”, hasta ahora, quizá lo hagan mañana; pero no
he escuchado yo una propuesta completa integral en el combate contra la
corrupción; a pesar que los peruanos desde el año 2009 de manera uniforme y
constante señalan que la corrupción es el principal problema del país. Y si la
corrupción es el principal problema del país porqué ninguno de los candidatos
no toca ese problema. Porqué, porqué no de manera integral no tocan el
principal problema. Hablan de irse a la playa Agua Dulce, de bañarse, de tocar
flauta, cortarse el cabello, temas de farándula, eso no es así.
Aunque en el plan de Gana Perú, Omar Chehade
ha dicho que sí han puesto en el Plan un tema sobre la lucha contra la
corrupción…
Ollanta Humala al comienzo estuvo… me parece
bien cuando señaló que la gran diferencia es la honestidad en relación a otros
candidatos, pero de allí se quedó en la frase, en el lema…
Debería
ser su bandera…
Debería ser la bandera de los candidatos: el
problema número uno del país la corrupción; y decir, éste es mi equipo donde
están todos estos señores que van a luchar
contra la corrupción y éste es mi programa integral contra la
corrupción. Dedicarle toda una tarde a este tema, no en una frase. Porque hay
algunos candidatos en todos los partidos que vienen hablando de ese tema pero
recién se acuerdan de ese tema al momento de las elecciones. Nosotros venimos
hablando eso hace más de 10 años, lo venimos haciendo y quizá como consecuencia
de hablar de esos temas es que ahora yo este fuera del Ministerio Público por
mi discurso demasiado frontal; pero es así, son los costos que se tienen que
asumir y gustosamente yo lo asumo. Esos son los retos de nuestro trabajo, esos
son nuestros aportes.
¿Postularía
a través de elección popular a ser miembro del Consejo Nacional de la
Magistratura o decano del Colegio de Abogados de Lima?
En esta etapa ya está cerrada eso sería para
de acá a cinco años. Eso habría que evaluarlo en su oportunidad, habría que
ver, me gustaría trabajar. Algunos colegios me están invitando para conformar
algunas comisiones, es algo que a mí me enaltece mucho. El Colegio de
Ingenieros me ha invitado para participar en un proyecto de gran alcance que es
el Perú 2040, donde están convocando a profesionales de distintas
especialistas: médicos, ingenieros, abogados, embajadores… para trabajar un
Perú hacia adelante, un Perú mejor. Entonces, esas son cosas que a mí me
fascinan, me encanta trabajar para los jóvenes, para los niños.
Otra cosa que me gustaría es que voy a
comenzar a viajar por el interior del país, voy a retornar a la sierra ahora
que paren las lluvias -está un poco complicado- por tierra como siempre me ha
gustado viajar y recorrer toda la ruta que hicieron mis padres para llegar a
Lima. Voy a recorrer, tengo familia en Apurímac, Ayacucho, Cusco, Junín… toda
la sierra vamos a cubrir, Huancavelica, voy a comenzar a viajar seguramente a
partir de mayo.
Justamente
sobre ese punto, ¿qué cosas ha hecho en estos días después de su renuncia, que
cuando trabajaba como fiscal no pudo hacer?
He hecho cosas que antes no lo hacia, he
estado más tiempo con mi familia, he acompañado a mi hijo a la universidad -mi
hijo tiene 16 años ha ingresado a la universidad del Pacífico a estudiar
economía-. He estado mucho más tiempo con él, he conversado más tiempo con él,
he comprado los útiles para mi hija que está en el colegio en primaria, he
viajado con mi familia dos veces al interior del país, he hecho cosas que hace
muchos años no hacía, he disfrutado con mi familia, he hecho algo que no había
hecho hace 30 años: he llevado de viaje a mi mamá, es algo maravilloso. Ahora
estoy organizando mis archivos, mi biblioteca, preparando ya para tener un área
de trabajo porque yo estaba prohibido por ley hasta cuando era fiscal, ahora sí
puedo; estoy preparando un área de trabajo profesional en mi vivienda y
posteriormente seguramente ya en una oficina en la calle.
¿Qué
mensaje les daría a todos aquellos magistrados, abogados y personal
administrativo que dejó en la Fiscalía?
Yo les dejé una carta, unas palabras que se
las voy a alcanzar, el mensaje que les doy es que sigan trabajando con amor a
nuestra institución, con amor al país. Yo les dije amor por el Perú, que
trabajen con honestidad con limpieza y sobre todo sean íntegros, que sean
dignos. El Perú ha puesto su confianza en nosotros, los fiscales son
funcionarios muy bien pagados. En la administración pública creo que son los
mejor pagados al igual que los jueces; entonces nosotros tenemos una obligación
con la población y que nunca se olviden que son servidores de la sociedad, son
servidores tienen que ser humildes sencillos y entregarse a la sociedad,
ganarse el cariño y sobre todo el respeto de la sociedad.
Yo he viajado mucho dando conferencias
durante estos últimos años en el país y he tratado de dar ese mensaje a los
estudiantes en los lugares donde me han invitado. Yo creo que la gran mayoría
de fiscales son gente muy honesta y tienen un cariño por la institución, falta
cambiar algunas reglas. Yo creo que el Consejo tiene que evaluar bien eso,
tiene que equilibrar. Mucha exigencia académica obliga a que el fiscal descuide
su trabajo y el descuido de trabajo trae como consecuencia que en la actualidad
existan dos millones de expedientes atrasados y esos dos millones de
expedientes atrasados origina que la gente que ve que su caso no se resuelve
durante decenas de años rechace al Poder Judicial y al Ministerio Público
-cuando digo Poder Judicial englobo al Ministerio Público-, entonces rechaza al
sistema de justicia porque su caso demora mucho tiempo en resolver y porque no
se resuelve porque estoy pensando más en otros temas.
Por ejemplo, en Alemania y en otros países en
Europa a los magistrados les exigen mucho trabajo pero al momento de ascender
qué es lo que hacen, les dicen un momento usted sale de licencia y los llevan
durante tres meses a estudiar a tiempo completo a una academia fuera de la
ciudad, en el campo, y ahí, a los mejores, a esos los ascienden. Sales al
cuarto mes, te dicen señor tal, el señor Jiménez ha alcanzado una vacante y
tiene que -bueno obviamente- ver por sus estudios pero también su record que no
tenga sanciones, etc., y sus casos ganados, pero básicamente es por esfuerzo
académico. Entonces ya, usted ascendió, magistrado muy bien; y los que van en
segundo y tercer lugar van esperando que se produzcan plazas y van cubriendo, y
luego regresan a trabajar con el mismo ímpetu ya no están pensando en su
currículo porque están pensando de acá en 5 años van a volver a ir a ese centro
de estudios, es algo de eso.
Los del Consejo Nacional de la Magistratura
viajaron a Europa para ver eso, todos viajaron -eso no se ha divulgado- todos
viajaron para conocer la realidad como se nombra. Ellos conocen eso porque han
visto directamente entonces algo se tiene que hacer.
No
lo quieren aplicar…
Yo creo que la Academia tendría que hacer
cursos a dedicación exclusiva dejando de trabajar y la Academia provee de
plazas. Por ejemplo, yo estudié en la academia, yo saqué 17 de nota, pero
trabajaba y estudiaba simultáneamente y eso no es serio porque yo descuidaba mi
trabajo porque tenía que estudiar.
En el año 92 a mí me botaron de la fiscalía
durante el golpe de estado y mi fiscalía creo que fue la única que tuvo carga
cero. En el 92, yo trabajaba muy fuerte, trabajaba durante mañana, tarde y
noche en la fiscalía. En mi fiscalía, una vez que me botan, hicieron un
inventario, la doctora Colán fue he hizo un inventario de todas las fiscalías y
mi fiscalía tenía carga cero porque yo trabajaba así.
Pero después de eso yo me di cuenta porque mi
familia me recriminó, me dijo: “tu has trabajado tanto y mira te botan no te
reconocen” no tienes esposa, no tienes hijos, no tienes casa, no tienes auto,
no tienes nada y yo no tenía nada, no tienes ni pensión… a cambio de qué yo
había trabajado 12 años para tener ese nivel de trabajo y ya era un fiscal
reconocido.
Y cuando yo regreso en el 94, fui el único
fiscal que regresó durante el régimen de Fujimori y regresé para que me
asciendan. A mí los fiscales me recibieron de pie porque reconocieron mi
trabajo pero yo ya quedé marcado, porque yo entregué toda mi vida durante doce
años para estar al día y al final no obtuve nada. Entonces el Consejo tiene que
pensar seriamente en una forma de obtener… hay muy buenos chicos, yo los veo
excelentes, brillantes; y además, hay que pensar en la renovación. Uno no es
eterno, hay que formar equipos y esa fue una de las debilidades. Yo en el año
2000 comencé con los juicios a Fujimori, todo lo de Fujimori, yo decía si yo me
resfrío si yo me enfermo qué pasa, quién me va a reemplazar en los juicios. Eso
está mal, tiene que haber equipos. Desde que yo he salido de los juicios de
Fujimori ya no ha habido un juicio así, ya no hay fiscales, eso está mal, tiene
que solucionarse, tiene que formarse equipos, hay muy buenos muchachos.
¿Qué
mensaje les daría a aquellos jóvenes que recién se perfilan a ser abogados y
ven en usted un ejemplo a seguir?
Que estudien, que el estudio es la única
forma de superación. Que tengan valores, que cultiven los valores, que los
valores no es ser tonto. Yo escucho siempre a los muchachos decir, a veces
gritan: “no seas mongo, no seas tonto”. El ser honesto no es ser tonto, es ser
limpio, es ser transparente, es tener una forma de vida. Y que se den cuenta
que el estudio es la única forma honesta de llegar al éxito.
Yo tengo sobrinos que están muy bien y son
muchachitos que están estudiando y los aliento siempre a que sigan así. Es la
única forma de luchar contra la pobreza, de poder tener éxito y que cualquier
cosa que hagas, seas barredor, seas jardinero, seas lo que seas, hazlo con
gusto porque es un trabajo digno y eso te va a hacer sentir bien. Siéntete
orgulloso de lo que haces.
Finalmente,
si bien su participación en el juicio a Fujimori es histórica, cómo le gustaría
que lo recuerden?
A mí me gustaría que me recuerden como un
fiscal que hizo un intento serio de demostrarle a la sociedad que hay un
conjunto de funcionarios públicos que pueden trabajar honestamente. Eso es como
quiero que me recuerden: “Guillén hizo el intento de demostrar que hay fiscales
que pueden trabajar con limpieza”. O sea, no tanto por el juicio (de Fujimori),
ese es un juicio, yo he intervenido en más de 50 juicios de ese nivel, claro
nunca contra un ex presidente, es el único no?, pero yo he estado contra todo
el gabinete, muchos congresistas… pero que me recuerden como una persona que
intentó reconciliar -ese es el término- que intentó reconciliar al sistema
judicial con la sociedad peruana. Ese fue mi esfuerzo, hablarle directamente a
la persona y hacerle ver a la víctima.
Por eso yo me
acuerdo que los deudos de las víctimas de la Cantuta me hicieron un homenaje y
yo les dije “ustedes no tienen nada que hacer un homenaje, yo soy su servidor,
yo estoy obligado a ustedes y a todos”. Nosotros somos servidores de los
débiles, de las víctimas, de los agraviados. Ese es nuestro rol y esa es
nuestra tarea. Entonces, en ese campo yo quisiera que me recuerden como una
persona que intentó demostrarle a la sociedad peruana de que puede haber un
intento serio por demostrar un trabajo honesto y transparente nada más.
Entrevista:
Miguel Jiménez Torres*
*Licenciado en Ciencias de la Comunicación:
Periodismo y Abogado.
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