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B.A.P. TACNA

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8 de octubre 2014 en el Dueñas

UN SOLO NORTE LA INTEGRACIÓN

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8 DE OCTUBRE. CONMEMORANDO UN ANIVERSARIO MÁS DEL COMBATE NAVAL DE ANGAMOS

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"EL MAR DE GRAU"

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"34º ANIVERSARIO 79 ALFA"

SABADO, 08-09-12, J.D. PLANIFICO AGENDA PERIODO 2012-2014 /// "BODAS DE CORAL" 05-03-2014

CENTENARIOS EN EL ORBE

Lunes, 5 de Marzo de 1979

Lima

"BITACORA DE LA 79 ALFA"

AGENDA CENTENARIO 79 ALFA - / Recuerda: "A la Promoción no le falles //////////////////////////ENLACES DEINTERES’http://webstats.motigo.com/sid=4787426http://www.reporterodelahistoria.com/...http://www.wikio.es/sources/promocioncentenario79alfa.blogspot.comhttp://www.universidadperu.com/SECRETOS DE LOS INCAS http://video.google.com/videoplay?docid=6048520804508116357#PORTADAS DE DIARIOS Y REVISTAS http://www.adonde.com/noticias-peru/diarios-lima.php..PORTAL DE LA MUSICA PERUANA http://eruizf.com/musica/canciones_de_felipe_pinglo.html GUERRA DEL PACIFICOhttp://gdp1879.blogspot.com/ RADIOS ON LINE SUDAMERICA http://www.raddios.com/buscar.php?pageNum_buscar=4&totalRows_buscar=83&pais=peru&orden=rand() II GUERRA MUNDIAL DOSSIER http://www.exordio.com/1939-1945/prologo.html http://mochiladejaime.blogspot.com/ CAMPAÑA DE LA BREÑA http://www.fotolog.com/velasquismo/16397099/ http://www.elsnorkel.com/2013/08/listas-para-el-combate-armas-submarinas.htmlCèsar Abraham Vallejo Mendoza.Santiago de Chuco, Perú, 16 de marzo de 1892 - París, Francia, 15 de abril de 1938. "YA VA A VENIR EL DIA ....... PONTE EL ALMA

jueves, 13 de febrero de 2014

Wagner le había pedido al equipo peruano evitar cualquier expresión gestual durante la transmisión


Historia Secreta de un Fallo

Entretelones de una sentencia histórica que llegó a buen puerto para el Perú, incluso superando la oposición del presidente del tribunal. Ahora viene el camino de su ejecución.

Momento en que se da inicio a la lectura del fallo en la sede de la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
A las 10 y 32 de la noche del 27 de enero –7 horas más que en Lima–, un correo del cartógrafo Scott Edmonds apareció en los inbox de los miembros del equipo. El archivo adjunto del oriundo de Maryland lo ponía todo en blanco y negro:“The map!”.
Un total de 21,928 kilómetros cuadrados del llamado triángulo interior (el 57.3% del total) y el 100% de los 28,356 kilómetros cuadrados del triángulo exterior le correspondían ahora al Perú: 50,284 km2. El equivalente al departamento de San Martín o el doble del territorio belga.

 El último capítulo de esa larga historia había comenzado apenas esa mañana.

José Antonio García Belaunde bajó a desayunar al comedor del hotel a las 8 de la mañana. Afuera el frío era de 5 grados. Al excanciller se le unieron la consejera Marisol Agüero y el jurista Roberto McLean. Media hora más tarde llegó el embajador y también exministro Manuel Rodríguez Cuadros. A las nueve se les sumó el otro excanciller, Eduardo Ferrero.

El agente Allan Wagner desayunaba en la residencia de La Haya.

Una certidumbre seguía instalada entre el equipo peruano, horas antes de la lectura del fallo crucial. El juez ad hoc designado por Chile en la Corte Internacional de Justicia, Francisco Orrego Vicuña, tenía que haber filtrado información sobre el fallo al gobierno de su país.

Entre los enviados de prensa chilenos ya era moneda corriente que la CIJ definiría el Hito 1 –contrariamente al Punto Concordia reclamado por el Perú– como el inicio de la frontera marítima.

Y al menos desde mediados del año pasado (CARETAS 2291 – La Haya Hora Clave) se comentaba con insistencia que la solución propuesta por el máximo tribunal del orbe podía involucrar el reconocimiento del paralelo defendido por Chile hasta cierto punto, para luego abrir la línea a la equidistancia del actual derecho consuetudinario en el que el Perú basó su demanda.

Eso pasó exactamente, como lo descubrieron durante los 122 minutos de la lectura televisada de las conclusiones de la sentencia que hizo el presidente del tribunal, Peter Tomka.

Wagner le había pedido al equipo peruano evitar cualquier expresión gestual durante la transmisión, pero lo cierto es que en un principio cundió cierta decepción por la prolongación del paralelo en 80 millas, lo que se establece en la “evidencia relevante presentada a la Corte” (parágrafo 151) y que tiene que ver con la actividad pesquera de mediados del siglo pasado y factores estacionales de las corrientes marítimas. En la baraja de la especulación fueron mencionadas 12, 20 y hasta 30 millas.

En resumen, un statu quo mantenido para el mar trunco de Tacna y la pesca –tanto artesanal como anchovetera–, pero con la posibilidad de desarrollarla en la variante de altura en la gran extensión asignada al Perú.

Cierta decepción que, a la hora de voltear la tortilla, fue mucho más honda en Chile, donde se hubiera querido que el paralelo vaya hasta las 200 millas.

En cambio, el pool internacional de abogados encabezado por el francés Alain Pellet se mostró en un ánimo mucho más positivo.

“Todos ellos creen que se consiguió mucho más de lo que se esperaba”, confiesa García Belaunde.

Terminó la lectura y Wagner se despidió con un fuerte abrazo del agente chileno Alberto Von Klaveren.

“Siempre dije que esto era una controversia, no un pleito”, explicó el ex canciller a CARETAS. “Soy su amigo desde hace más de 20 años”.

Wagner tuvo una sobria actuación en espera de la intervención del presidente Ollanta Humala en Lima. Gracias a dos pantallas gigantes dispuestas a la entrada de Palacio de Gobierno, en la lejana Plaza de Armas retumbaban la voz de Tomka y su traducción simultánea.

En La Haya no hubo brindis celebratorio. Debieron esperar la intervención del presidente –que recibió los cálculos iniciales de mar ganado de un equipo de la Marina de Guerra– y luego de un bufet frío dispuesto en el hotel acompañaron por microondas la conferencia de prensa que ofreció la ministra Eda Rivas.

Eran casi las dos de la mañana y el recepcionista del hotel todavía saludaba en neerlandés a los peruanos que llamaban de larga distancia.

El fallo era un motivo de celebración. Pero los documentos revelan que su parto fue tan dramático como silencioso.

La metodología: “Para construir una línea equidistante provisional, solo los puntos en la costa peruana los cuales estén más allá de las 80 millas náuticas desde el Punto A pueden ser emparejados con los puntos en la costa chilena a una distancia equidistante”.
TOMKA VS. SEPÚLVEDA
La particular fisonomía del eslovaco Tomka, que parece dibujada por la imaginación de Tolkien, se convirtió en una presencia familiar para los peruanos.
Y resulta irónico que quien leyera un texto tan trascendente para los intereses históricos del Perú fuera el principal contradictor de su contenido.

Tomka se muestra de acuerdo en iniciar el límite con el paralelo en el Hito 1. Pero en los anexos de la sentencia incluye una declaración en la que termina por alinear su posición totalmente con la de Chile:

“El presidente Tomka considera que el texto y la historia de la negociación de la declaración de Santiago de 1952, así como también las actas domésticas de las partes, apoyan la conclusión que el límite marítimo acordado se extiende hasta las 200 millas náuticas”.

En este caso, Tomka estuvo en contra del concepto mismo de equidistancia.

El fallo presenta el voto de la sala sobre cinco materias: 1) iniciar el límite con el paralelo (15 a 1), 2) comenzar en el Hito 1 (15 a 1), 3) extenderlo por 80 millas (10 a 6, con Tomka en la minoría), 4) trazar a partir de ahí la equidistancia hasta las 200 millas (10 a 6, con la misma distribución del voto del punto anterior) y 5) no pronunciarse sobre el pedido peruano de hacer explícito su dominio sobre el triángulo exterior, pues ya se incluye en el nuevo mapa (15 a 1, que fue el solitario voto de Orrego Vicuña).

Las opiniones discrepantes anexas completan, sin embargo, lo que fue un debate mucho más profundo.

La narrativa del fallo establece que, si bien los documentos de 1947 y 1952 no constituyen acuerdos limítrofes, sí presentan elementos en dirección a establecer uno, lo que se materializa en el “acuerdo tácito” del breve “convenio sobre zona especial fronteriza marítima” del 4 de diciembre de 1954, que menciona el “paralelo que constituye el límite marítimo entre los dos países”.

Si bien esa frase siempre fue el talón de Aquiles del caso peruano, las deliberaciones reflejan la gran complejidad discutida a puertas cerradas.

El vicepresidente del tribunal, el mexicano Bernardo Sepúlveda Amor, se pone en las antípodas de Tomka y expresa “serias reservas con respecto a razonamiento de la Corte en apoyo a la existencia de un acuerdo tácito de delimitación marítima”.

El jurista incluso “teme” que esta aproximación sea interpretada como un retroceso del “estándar de prueba” definido como jurisprudencia en otro caso, el de Nicaragua versus Honduras.

Esta división explica por qué la elaboración del dictamen tomó tanto tiempo, pues ya en julio del año pasado había trascendido el retraso.

El procedimiento establece que el presidente dirige el comité de redacción, siempre y cuando se identifique con la tendencia mayoritaria expresada en los informes individuales de los jueces.

Dada la posición de Tomka, fue Sepúlveda Amor quien cumplió ese papel. Y sus “serias reservas” dan cuenta que incluso así debió calibrar sus votos para sacar el fallo adelante al frente del bloque mayoritario de diez magistrados.

En el caso de Colombia - Nicaragua el fallo de La Haya fue por unanimidad, incluso con el voto de los jueces ad hoc.

Y no tiene precedentes en los ambientes de la Corte que un país haya obtenido el 75% de su demanda, como ocurrió aquí.

Conseguida la sentencia tan largamente esperada, los próximos días definirán el rumbo de su implementación.

HORA DE ACATAR
Tanto Humala como el presidente chileno Sebastián Piñera, acompañado por su electa sucesora Michelle Bachelet, confirmaron su viaje a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en La Habana, donde tenían previsto encontrarse el miércoles 29.
Un encuentro clave, por cierto.

El acatamiento de la sentencia ha sido garantizado tanto por Piñera como Bachelet. El primero sostuvo que su país “cumplirá y exigirá el cumplimiento” del fallo pero añadió que la implementación deberá ser “gradual y requerirá de acuerdos entre las partes”.

El primer ministro peruano César Villanueva fue al grano y respondió el martes 28 que “hay que hacer cotejos y coordinaciones con ellos (los chilenos), pero no negociaciones ni formación de comisiones”.

Aclaró que “podemos tomar posesión desde ahora mismo”.

El fallo no dictó las coordenadas del límite marítimo, pero fijó sus extremos: el A (donde termina la línea del paralelo en las 80 millas), el B (donde termina la línea de equidistancia entre ambas costas que va desde el punto A hasta el final de las 200 millas chilenas) y el C (donde las 200 millas del Perú y Chile se interceptan).

Por definición, el trazo de la línea de equidistancia entre el punto A y B son los puntos más cercanos a la costa de ambos países. La metodología fue determinada por la Corte, en base a puntos contribuyentes en la costa de ambos países, identificados en las líneas de base del Perú (2005) y Chile (1997): dos en la costa peruana, y cinco en la costa chilena.

En el caso peruano, se trata de Punta Coles y Punta Lomas, en Ica, ubicados a no menos de 80 millas del Hito 1. En el caso de Chile, los puntos contribuyentes son cuatro. No es necesario inventar la pólvora para trazarla. Existe software como Carislots o Argis. “No es un trabajo de meses ni de horas, sino de días”, explicó el capitán de navío Colver Ruiz, director de Comunicaciones de la Armada Peruana.

El almirante ( r ) Carlos Gamarra, quien fuera parte del comité consultivo del equipo peruano y antes del fallo fue designado como parte de una “discreta” comisión binacional para la ejecución del fallo (cuya existencia fue revelada en CARETAS 2287, lo que provocó un pequeño incidente diplomático), ha explicado que “la geodesia permite definir con claridad y exactitud y sin incertidumbre para ninguno de los dos lados, cuál es la línea y cómo se traza”, abundó.

“El ejercicio de los derechos soberanos no está sujeto a coordenadas precisas”, añade Wagner. “No condiciona el disfrute de nuestros derechos”.

El dictamen de La Haya requerirá adecuar las líneas base de ambos países, cuya aprobación en los respectivos parlamentos puede tomar cierto tiempo.

“Pero todo lo que sea la adecuación legislativa es para mantener un buen orden administrativo. No condiciona su vigencia”, advierte.

¿Entonces por qué hay señales de pies que se comienzan a arrastrar?

SEÑALES DE ALERTA
Al recibir de Wagner el original del fallo el martes 28 por la noche en Palacio, Humala destacó que la decisión “fortalece nuestros lazos de hermandad” y que se “ha impuesto el paradigma de la paz… bajo el signo del respeto mutuo y la integración”.
En cambio, Piñera fue innecesariamente provocador al aseverar que “la confirmación por parte de la Corte, de que la frontera marítima comienza en el paralelo del Hito 1, ratifica el dominio chileno del triángulo terrestre respectivo”.

Nada tiene que ver el fallo de La Haya con límites terrestres plenamente establecidos. El diario chileno La Segunda adelantó que para ejecutar el fallo Piñera pediría que el Perú reconozca que ese “triángulo terrestre” (originado en la distancia de unos 260 metros entre el Hito 1 y el Punto Concordia) pertenece al vecino del sur.

Como lo explicó la ministra Eda Rivas, el fallo de La Haya determina una situación poco frecuente, que empero tiene otros 6 referentes en el mundo: el de una pequeña “costa seca”, en este caso de tierra peruana y mar chileno.

El canciller chileno Alfredo Moreno declaró que además será necesario “acomodar la ley minera, la ley de pesca y adecuar el derecho peruano a la Convención del Mar, de la cual no forma parte”.

También informó al Senado y la Cámara de Diputados que Chile exigirá al Perú libertades de navegación y aeronavegación en la zona en cuestión.

Reveló que coordinará con su ya designado sucesor, Heraldo Muñoz, lo que da a entender que pretenderían prolongar la implementación hacia el próximo gobierno.

En una línea similar, Bachelet anunció que “trabajaré para que la sentencia sea implementada de manera gradual y concertada entre ambos países, velando por los intereses legítimos de Chile”.

La presidenta electa declaró que “esperamos que la República de Perú aplique este fallo conforme a las normas del Derecho del Mar, que se adopten las medidas, acciones legales y reglamentarias para perfeccionar o adaptar las normas internas a las prescripciones de la sentencia”.

Van Klaveren ya puso una peligrosa pica en Flandes con la supuesta “necesidad” de un cambio constitucional. La Carta Magna peruana se refiere al “dominio marítimo” sobre las 200 millas, lo que para el agente chileno “colisiona con los derechos de zona económica exclusiva que contempla la Convemar y que, en extensión de 21 mil kilómetros cuadrados, Chile debe ceder a Perú de acuerdo al fallo de La Haya”.

Si Chile condiciona el cumplimiento del fallo a una reforma constitucional en el Perú, corremos el riesgo de un engañoso entrampamiento.

Para justificar el limbo jurídico internacional en el que se ha metido al no aceptar el fallo de límites marítimos con Nicaragua, el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos aduce que para modificar los límites, según la Constitución de ese país, debe celebrarse un tratado entre los dos países. Mientras tanto, el fallo ha sido declarado “inaplicable”.

Nicaragua tenía la opción de exigir el cumplimiento del fallo ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pero optó en cambio por demandar nuevamente a Colombia en la CIJ.

La Convención de Viena sobre derecho de tratados es clara como este mar: ningún país puede alegar una norma de ordenamiento interno para incumplir el derecho internacional.

Es lógico que un fallo de esta naturaleza tenga también el feo sabor de un sapo que hay que tragar. Y es de esperar que esas luces de alerta sean, a la larga, apenas unas anchovetas perdidas en un inmenso mar.

domingo, 9 de febrero de 2014

Canciller chileno, Alfredo Moreno, admitió que el fallo"no se refiere a la frontera terrestre"


Canciller chileno: Fallo de La Haya no se refiere a frontera terrestre
Domingo, 09 de Febrero 2014  |  12:38 pm

El canciller chileno, Alfredo Moreno, admitió que el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya "no se refiere a la frontera terrestre", pues solo fija el límite marítimo entre el Perú y Chile.

"No hay una ejecución del fallo en la frontera terrestre", sostuvo en una entrevista que concedió el sábado último al diario El Mercurio de Chile.
Moreno avaló así lo que en Perú se ha sostenido unificadamente desde las más altas autoridades, pese a que apenas conocido el veredicto de la CIJ, el presidente chileno, Sebastián Piñera, en cadena nacional, afirmó que se había ratificado la soberanía de su país en el denominado "triángulo terrestre". 

Aunque el canciller sureño insistió en la tesis de que dicho espacio territorial le pertenece a Chile, remarcó que "el fallo no entra en el tema terrestre y, en ese sentido, no tenemos nada que implementar".

Indicó que en la reunión denominada "2+2" que sostuvo en Santiago con la canciller peruana, Eda Rivas, y los ministros de Defensa de ambas naciones, se abordó únicamente la ejecución del fallo y, en ese sentido, ratificó que las coordenadas que trazan la línea de la frontera marítima entre el Perú y Chile estarán listas a fines de marzo.

“Esto dio como resultado que en 60 días vamos a tener una cartografía que será vista y revisada por el 2+2 en Lima”, afirmó el ministro chileno, al referirse a la reunión que se llevará a cabo el 24 y 25 de marzo, esta vez en la capital peruana.

viernes, 7 de febrero de 2014

Diplomáticos progresistas y al mismo tiempo “políticos”


Tributo a Torre Tagle
Viernes, 07 de febrero de 2014 | 4:30 am
La sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre los límites marítimos Perú/Chile corona un memorable esfuerzo de la política exterior peruana, quizás el más importante de los realizados entre la segunda mitad del siglo pasado y en lo que va del actual, tanto por los objetivos planteados como por la destreza con la que se encararon. Si existe una figura central en este largo proceso, esta es la diplomacia peruana.

Desde los años ochenta y por 30 años Torre Tagle ha sabido construir y sostener una estrategia que logró sobrevivir las vicisitudes de la política interna. El “memorando Bákula” de 1986, el documento que entregara a la cancillería chilena el embajador Juan Miguel Bákula luego de una visita expresa a Santiago, enviado por el canciller peruano de entonces, no es una causalidad; corta y precisa, sus 936 palabras sintetizan la maduración de la convicción en Torre Tagle sobre la necesidad de resolver definitivamente el más importante pendiente de las relaciones peruano chilenas desde el Tratado de 1929 desde una perspectiva realista, principista, y no revanchista.
En el documento se alude a los ejes de una posición que se mantendrá hasta en la fase oral de La Haya el año 2012, y después: 1) que los acuerdos de los años 50 fueron fórmulas cuyo objetivo era evitar incidentes de pesca; 2) que una interpretación extensiva de estos afectaría los legítimos intereses territoriales del Perú; y 3) que es preciso definir los límites marítimos entre ambos países como consecuencia de la aprobación de la Convención sobre el Derecho del Mar que contó con el voto del Perú y de Chile.
La elaboración y gestión de esto que llamaríamos la visión de La Haya fue posible por la intersección de dos generaciones de diplomáticos, la vieja guardia (a decir de Bákula “la última que puede sentir rencor hacia Chile”) influida por el Tratado de 1929 y las gestiones limítrofes del siglo XX con Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador, y un grupo de entonces jóvenes diplomáticos progresistas y al mismo tiempo “políticos” en el sentido más fiel de la palabra. El fruto de esta intersección fecundó a las dos generaciones siguientes de Torre Tagle.
Esta convicción fue perturbada por la autodenominada etapa “pragmática” de nuestras relaciones internacionales durante el fujimorismo, que atravesaron por el ignominioso despido de 117 diplomáticos en 1992 y las borrascosas Convenciones de Lima, gestionadas chambonamente y que obviamente quedarán en el debe de nuestra contabilidad diplomática. A pesar de ello, siendo justos, en esa etapa también se cerró la frontera con Ecuador en medio de sucesivas crisis políticas luego de la Guerra del Cenepa de 1995.
Fue mérito de Torre Tagle que se mantenga inalterable la visión que nos llevó a La Haya en todos los hitos de este proceso: el mismo memorando (1986); la presentación por Chile de su carta náutica ante las NNUU (2000); el pedido formal de negociaciones bilaterales a Chile (2004); la aprobación por el Congreso de Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo del Perú (2005); la presentación de la demanda y la formación del equipo peruano (2008); la presentación de la memoria (2009); la continuidad del equipo a pesar del cambio de gobierno (2011); y el informe oral (2012).
Debió ser complicado para Torre Tagle lidiar en este punto con políticos y hombres de negocios utilitarios y oportunistas tomando en cuenta que nuestra cancillería es también objeto y escenario, como otras instituciones de servicio público, de rencillas personales y de grupo. El más complejo de los desafíos fue la estrategia de las cuerdas separadas, jaqueada tanto por las decisiones chilenas –por ejemplo su cuantioso equipamiento militar– y por los extremos internos, desde el aperturismo radical y casi antisoberanista que nos proponía huir hacia adelante en materia comercial buscando con el empresariado chileno un lenguaje común ajeno a la política y pasar de las cuerdas separadas a los mundos divorciados hasta la visión militarista que pugnaba por el rearme peruano de cara a la confrontación, incluido el congelamiento comercial.
Juan de la Puente

domingo, 2 de febrero de 2014

“El tema está zanjado, las coordenadas son un ejercicio técnico y punto"


José Antonio García Belaunde:
“No dudo que el Perú ha ganado con el fallo”
Domingo 02 de febrero del 2014 | 07:20

“El tema está zanjado, las coordenadas son un ejercicio técnico y punto; ahí no hay negociación posible. Este es un fallo internacional, no hay nada que arreglar”, sostiene.

PATRICIA QUISPE V. (pquispe@peru21.com)
Para el coagente peruano ante La Haya, José Antonio García Belaunde, el fallo de la corte supranacional pone fin al diferendo marítimo con Chile y también a su activa carrera diplomática, cuyos matices revelará en un libro que publicará en los próximos meses. Mientras, reseña a Perú21 algunos entretelones del difícil proceso.

¿Cómo se siente concluido el proceso ante La Haya?
Muy contento con el resultado, muy honrado de ser parte de ese equipo maravilloso que dedicó muchos años y con tanta mística a este trabajo. Y una cosa importante es que en todo este tiempo –entre enero de 2008 y diciembre de 2012, es decir entre la presentación de la demanda y la fase oral– la gente confió en nosotros pese a que estábamos obligados a guardar reserva.

¿Obtuvimos más de lo que se esperaba? ¿Nos hubiera ido mejor o peor si Chile aceptaba la negociación que el Perú le propuso en su momento?
Es muy difícil (saberlo) porque la negociación nunca se dio, ni nos sentamos siquiera a la mesa. Puedo decir que, en los términos en que Chile estaba dispuesto a negociar, nos ha ido mucho mejor.

El tecnicismo del fallo le impide comprender fácilmente al ciudadano común qué es lo el Perú ha ganado en términos prácticos…
Lo que ha ganado el Perú es incorporar a su dominio marítimo 50 mil kilómetros cuadrados en los cuales va a ejercer soberanía y jurisdicción. Hemos ganado 22 mil kilómetros que tenía Chile bajo su dominio, y 28 mil kilómetros que eran parte de dominio interno y eran, incluso, de difícil acceso.

¿El equipo peruano se ubicó en algún momento en este escenario?
El equipo peruano estaba convencido, al final de la fase oral, en diciembre de 2012, que Chile no había podido demostrar que había un acuerdo de límites, y que la Corte no iba a aceptar que la Declaración de Santiago lo era. El equipo pensaba que el paralelo se iba a quebrar, podía ser en la milla 12, en una mayor, pero el paralelo no iba hasta las 200 millas. A eso ayudó también tener un Tratado de Límites con Ecuador que, además, inscribimos juntos ante Naciones Unidas. Con Chile no había nada parecido a eso, por eso estuvimos tan convencidos.

El siguiente paso es fijar las coordenadas, ¿qué viene después?
Este es un fallo internacional, no hay nada que arreglar. Perú y Chile van a tener que hacer ajustes en la legislación interna para tener todo ordenado, pero el fallo hay que cumplirlo, y si hay leyes que van contra él se suspenden porque el fallo manda. El tema está zanjado, las coordenadas son un ejercicio técnico y punto, ahí no hay negociación posible. Simplemente hay que cotejar los números que tenemos. ¿Cuánto puede demorar? No lo sé.

Según una encuesta de Datum, el 58.5% de chilenos considera que el que ganó la demanda fue el Perú.
Bueno, yo no dudo que el Perú ha ganado. Un periodista chileno, después del fallo, se me acercó y me preguntó: “Y usted, ¿cómo considera esto, cómo una derrota o un fracaso? No le contesté. Simplemente me di cuenta que no había entendido nada, y si no entiende yo no le voy a explicar; que vaya a hacer su curso de comprensión de lectura (sonríe). La verdad es que es un fallo muy jurídico, difícil de seguir. Le digo el fallo sierra porque cuando uno creía que subía a un punto, bajaba a otro punto y luego volvía a subir. Allan Wagner decía que era una montaña rusa.

¿Cómo se ha sentido recibiendo el reconocimiento popular a su retorno al país?
Abruma, porque soy diplomático –como lo son Allan Wagner y Manuel Rodríguez Cuadros–. Claro, hemos sido cancilleres, pero básicamente hemos sido diplomáticos, y sentimos que hemos cumplido con nuestro deber porque así fuimos formados, y lo hicimos de la mejor manera que fuimos capaces de hacerlo. Nunca nos pusimos en la cabeza que por esto la gente nos aplaudiera y recibiera con aplausos, pero es muy grato y estamos muy halagados.

En el adelanto de sus memorias reconoce como una dificultad para el proceso que el Perú no se haya adherido a la Convención del Mar (Convemar). En esta coyuntura, ¿es necesario o conveniente ese trámite?
No es necesario, pero sí conveniente. Creo que un país como el Perú, que está inserto en la comunidad internacional, que es parte de todos los organismos internacionales importantes, que apuesta por la integración y que ha recurrido a la Corte de La Haya para asumir más claramente su compromiso con un orden internacional dotado de Derecho, no tiene sentido que no sea parte de la Convemar. No es necesario, pero es un sinsentido porque la Convemar ratificó la tesis peruana de las 200 millas.

Entre los opositores a esta adhesión en el anterior régimen estuvo el Partido Nacionalista que ahora es gobierno. ¿Usted espera que hayan cambiado de posición?
No lo sé, no he preguntado. Lo importante es que nosotros pudimos hacer la demanda pese a no ser parte de la Convemar, que fue utilizada por Chile para crear un ambiente de zozobra, haciendo creer que como el Perú no era miembro, entonces no podría aplicar el fallo de la Corte si le era desfavorable. Ese fue un debate larguísimo, pero llegamos a la conclusión que podíamos hacer un buen caso sin estar en la Convención del Mar.

¿Cómo nació la idea de escribir sus memorias?
Fui canciller cinco años y tuve responsabilidades importantes, como que los astros se alinearon. Tuvimos que tomar una decisión sobre Chile, al mismo tiempo tuvimos dos cumbres en Lima y negociamos y conseguimos el apoyo de la mayoría demócrata para el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Personalmente me involucré en sacar los mandatos de la Unión Europea para negociar el acuerdo comercial con Colombia, y negocié el acuerdo de límites con Ecuador. Entonces dije: “He hecho esto desde una perspectiva de diplomático y debo dejar testimonio de lo que fue esta gestión que tuvo momentos importantes”. Así empecé a escribir estas memorias…

Que no se circunscriben al tema de la demanda ante La Haya…
No. Lo que ha aparecido es la parte del capítulo dedicado a la relación Perú–Chile; no es toda la relación Perú–Chile. Llegué a la fase oral porque como esto era un adelanto sobre el tema lo añadí, pero no voy a ir más allá porque son mis memorias de ministro, y yo dejé de serlo antes del fallo. A lo que me he comprometido con el asesor jurídico de la Cancillería es a hacer un libro sobre el proceso mismo, más técnico, menos chismoso.

¿Cuándo empezó a escribir?
Hace como seis meses, tengo varios capítulos. Durante mi gestión ni siquiera tomaba apuntes, por eso me cuesta mucho, porque estoy usando la memoria. Creo que estarán completas a mediados de año.

Ud. habla ahí de halcones, de políticos de uno y otro partido y periodistas que se opusieron públicamente a la demanda. ¿Fue difícil enfrentarse a ellos?
La dificultad que tiene un no político que llega a un puesto político como el de ministro es que puede ser un hombre erudito, versadísimo en la materia de su ministerio, pero lo que nadie le ha enseñado nunca es cómo se relaciona con los políticos, parlamentarios y periodistas; es un aprendizaje muy complicado. Ya después de unos años, incluso, yo siempre les decía a los periodistas: “A uds. lo que les gusta son los ministros nuevos porque como son bisoños pisan todos los palitos que les ponen, por eso no les gustan los ministros viejos”. En mi caso yo tenía el problema de que no podía revelar a nadie mi estrategia.

¿Fue un error entonces confiar en Álvaro Vargas Llosa y explicarle el por qué de algunas medidas adoptadas por el Perú en 2007?
Pasemos esa página… Era difícil porque el tema de límites siempre es de mucha sensibilidad y hay mucha gente que quiere montarse sobre eso, no solo en el Perú, también en Chile…

Justamente muchos han criticado al expresidente Alan García por adelantarse al pronunciamiento del jefe de Estado sobre la sentencia.
(Sonríe) Obviamente no nos hemos olvidado que él tomó la decisión de presentar la demanda, pero sí olvidamos que no fue una decisión fácil de tomar. ¿Qué tal si hoy no estuviéramos celebrando los 50 mil kms.? ¿Qué tal si la Corte hubiera dicho que el del 52 sí fue un tratado de límites? ¿O que la Corte hubiera dicho lo que dijo Tomka en su voto? Que el Tratado de 1954 era de límites. Y si su opinión hubiera sido mayoría, ¿qué nos hubieran dicho? Lo que quiero decir es que sí era un riesgo y hubo que tomar muchas precauciones.

¿Al momento de escuchar el fallo fue difícil poner cara de póker y no demostrar emociones?
(Ríe) Supongo que sí. Nos habíamos hecho la idea de poner, no sé si cara de póker, pero había que estar serenos.

¿Qué anécdotas recuerda?
No soy bueno recordando anécdotas. Fue un proceso complejo porque era mucha gente que venía de muchos sitios: diplomáticos, marinos, historiadores, cartógrafos, geógrafos, hidrógrafos y juristas extranjeros. Lo más difícil fue ensamblarlos, hacer que todos pudieran trabajar juntos, y en eso tiene mucho mérito Allan Wagner. Lo más grato terminaba siendo el debate porque uno se enriquecía, eran grandes abogados y los aportes eran de mucho nivel. Había también que pasar por alto algunas cosas. Definitivamente, (Alain) Pellet, con todo lo simpático que podía ser, decía brusquedades. Él me dijo: “Oiga, usted va a perder”. Era brusco. Yo le contesté: “Sí, voy a perder, pero quiero perder con usted, ¿qué le parece?”.

Su último acto como miembro del equipo jurídico en la Cancillería fue muy emotivo.
De alguna forma no solo termina este caso tan emblemático para Allan Wagner y para mí. Este es el final de nuestras carreras; ahora sí me jubilo totalmente. Ya estaba jubilado, pero este último encargo que tenía ha terminado. Es bonito y emocionante pensar que la carrera de uno se termina con el fallo de La Haya, es una suerte, un privilegio.

¿Y si lo llaman para colaborar con este o con el próximo gobierno?
No hay que especular nunca, no me gusta. Tengo una actividad académica que no he descuidado, que voy a mantener, y también unas consultorías. Tengo actividad, pero no diplomática ni pública, es absolutamente privada. Todos cumplimos un ciclo; de repente estoy esperando un ciclo interesante. Ya uno ha hecho lo que tenía que hacer, que vengan otros a hacer cosas, es la ley de la vida.

TENGA EN CUENTA

- García Belaunde explicó que el fallo no establece plazos para su ejecución porque entra en vigencia a partir de su dación.

- Precisó que la decisión de fijar la nueva frontera marítima desde el punto de tierra hacia las 80 millas
se basa en antecedentes pesqueros.

- La llamada costa seca implica que hay una diferencia entre el fin de la frontera terrestre y el inicio de la frontera marítima, indicó.

FRASES

- “La diplomacia peruana en el exterior se ve muy bien, mejor de como la vemos los peruanos, que somos mezquinos y tenemos algunos estereotipos de los diplomáticos de cocteles y clichés de diplomáticos muy elegantes y frívolos”.

- “Javier Pérez de Cuéllar nos decía que un buen diplomático no es una persona muy inteligente sino muy bien informada, y nos obligaba a sus colaboradores a estar muy bien informados”.

- “Los diplomáticos tenemos mucho de periodistas, tenemos que estar con el oído parado para saber por dónde viene la mano”.

- “Cuando yo estaba en la ONU, en época de Asamblea General llegaban todos los ministros, y tenía que ir a cuatro cocteles en una noche. ¿Usted cree que es bueno ir a cuatro cocteles? Pero se trabajaba y se conversaba y se pasaba información”.

- “He sido muy afortunado. Tuve tres grandes maestros: Carlos García Bedoya, Javier Pérez de Cuéllar y Juan Miguel Bákula”.