PRÓXIMO CAMPEONATO RELÁMPAGO ORGANIZA ESCUELA DE CONTROL DE TIRO, MES DE JUNIO (FECHA POR CONFIRMAR)

37º ANIVERSARIO (05-03-16)

"JUNTA DIRECTIVA 79 ALFA - ACTIVIDADES 2016

"EL PERUANO DEL MILENIO"

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"SEGUID SU EJEMPLO"

"DIA DEL CALDERISTA 2015"

XXXVI ANIVERSARIO 79 ALFA

79 ALFA INICIARÁ ACTIVIDADES 2015

B.A.P. TACNA

"DÍA DEL CALDERISTA NAVAL"

A 135 AÑOS DEL COMBATE NAVAL DE ANGAMOS

8 de octubre 2014 en el Dueñas

UN SOLO NORTE LA INTEGRACIÓN

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8 DE OCTUBRE. CONMEMORANDO UN ANIVERSARIO MÁS DEL COMBATE NAVAL DE ANGAMOS

BODAS DE CORAL 79 ALFA, MARZO 15 DEL 2014

"EL MAR DE GRAU"

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"34º ANIVERSARIO 79 ALFA"

SABADO, 08-09-12, J.D. PLANIFICO AGENDA PERIODO 2012-2014 /// "BODAS DE CORAL" 05-03-2014

CENTENARIOS EN EL ORBE

Lunes, 5 de Marzo de 1979

Lima

"BITACORA DE LA 79 ALFA"

AGENDA CENTENARIO 79 ALFA - / Recuerda: "A la Promoción no le falles //////////////////////////ENLACES DEINTERES’http://webstats.motigo.com/sid=4787426http://www.reporterodelahistoria.com/...http://www.wikio.es/sources/promocioncentenario79alfa.blogspot.comhttp://www.universidadperu.com/SECRETOS DE LOS INCAS http://video.google.com/videoplay?docid=6048520804508116357#PORTADAS DE DIARIOS Y REVISTAS http://www.adonde.com/noticias-peru/diarios-lima.php..PORTAL DE LA MUSICA PERUANA http://eruizf.com/musica/canciones_de_felipe_pinglo.html GUERRA DEL PACIFICOhttp://gdp1879.blogspot.com/ RADIOS ON LINE SUDAMERICA http://www.raddios.com/buscar.php?pageNum_buscar=4&totalRows_buscar=83&pais=peru&orden=rand() II GUERRA MUNDIAL DOSSIER http://www.exordio.com/1939-1945/prologo.html http://mochiladejaime.blogspot.com/ CAMPAÑA DE LA BREÑA http://www.fotolog.com/velasquismo/16397099/ http://www.elsnorkel.com/2013/08/listas-para-el-combate-armas-submarinas.htmlCèsar Abraham Vallejo Mendoza.Santiago de Chuco, Perú, 16 de marzo de 1892 - París, Francia, 15 de abril de 1938. "YA VA A VENIR EL DIA ....... PONTE EL ALMA

miércoles, 28 de agosto de 2013

Episodio del Cautiverio de Tacna


Los  arrayanes y claveles de los huertos de Tacna jamás lo olvidan
El día 28 de agosto de 1929 amanece en Tacna y las campanas en todas las torres repican al vuelo, a rebato, a júbilo; durante toda la mañana, mientras en la Plaza de Armas el pueblo se abraza, cae de rodillas, llora de alegría, hay una pena inmensa oculta, secreta e impalpable.
Cincuenta años cautiva había permanecido esta provincia con una fe inquebrantable de cuál era su pertenencia, su filiación y su promesa; fe legada de padres a hijos, soportado mil sinsabores y sacrificios por la cautividad.

Federico Barreto no vivió ese día siendo uno de sus adalides, no estuvo en su tierra nativa. El día en que se reincorporada su tierra al seno de la patria, el Perú, que fue su llama votiva y su desvelo, el destino no le deparó esa dicha, como le privó de tantas y tantas otras complacencias.
¿Dónde estaba? Envuelto en un gabán miraba con la misma pena por la ventana los paisajes, mientras el tren corría bordeando el mediterráneo. Suspiró por su tierra natal, pensando en volver cualquier día. Tenía los nervios destrozados. Escribió días antes el poema “Delirius tremens”, Desde que tuvo la edad de ejercer su ciudadanía Tacna estaba ocupada bajo una bota militar.
Había una pena inmensa entre las muchas penas invisibles que se deslizaban esa mañana del 28 de agosto de la reincorporación de Tacna al Perú. Era por el poeta heroico, combativo,
inclaudicable. Por aquel imbuido de mística santa. Ríspido, lleno de honda amargura. Era esa melancolía en medio de la fiesta por aquel que ahora estaba lejos, pero cuyo destino estaba tan ligado al de Tacna y al de una fe inquebrantable que pocas personas y pocos pueblos en el mundo pueden ostentar, como él y como Tacna lo exornan para gloria del género humano.
Cincuenta años de una vida ciudadana marcada por el infortunio y el dolor. La amargura de ver a su tierra amada, “Mi madre” –decía él– y que lo vio sojuzgada y nunca libre.
Al exhalar su último suspiro estaba en su alma esta tierra. Los  arrayanes y claveles de los huertos de Tacna jamás lo olvidan. Son sus garantes los ficus que aquí velan su majestuoso reposo. Su campiña de hondo sol y las campanas que repican en cada amanecer nos recuerden siempre su fe adorable.
LA PROCESION DE LA BANDERA
(Episodio del Cautiverio de Tacna)
Federico Barreto
Tacna y Arica –lo mismo que Alsacia y Lorena– han sido teatro durante su largo cautiverio de episodios interesantísimos que han hecho proverbial en todas partes el patriotismo inextinguible de los hijos de aquellas provincias. Desgraciadamente, en el Perú no ha habido un escritor que –a semejanza de Alfonso Daudet en Francia– haya eternizado esos sucesos en el libro para ejemplo de las generaciones venideras y también para honra y gloria del país.
Yo, que he nacido en Tacna y que he pasado allí mi niñez y parte de mi juventud, he sido testigo presencial de esos episodios que recuerdo siempre con orgullo. Un compañero de labores periodísticas me pide que narre alguna de esas anécdotas, y accedo a la demanda, a sabiendas de que mi relato no producirá en el ánimo de las personas que lo lean la honda impresión que sacudió mi espíritu cuando vi desarrollarse ante mis ojos la inesperada y conmovedora escena que voy a referir.
Ocurrió el caso en 1901. Era por entonces Intendente accidental de Tacna el general don Salvador Vergara, hombre impresionable y receloso que durante su breve administración mantuvo siempre sobre las armas, lista para cualquier evento, a la guarnición militar que se hallaba a sus órdenes, como si esperara que un enemigo invisible atacara la plaza de un momento a otro.
Una institución tacneña muy antigua y muy prestigiosa: La Sociedad de Auxilios Mutuos "El Porvenir", quiso un día hacer bendecir en la iglesia parroquial un magnífico estandarte de seda, bordado en oro; pero, como en aquellos días habían prohibido las autoridades chilenas exhibir banderas peruanas en la ciudad, fue menester enviar una misión de socios a la intendencia a recabar el permiso correspondiente. La negativa del general Vergara fue rotunda.
– No quiero banderas en las calles –dijo–. Provocan manifestaciones patrióticas y esas manifestaciones dan origen a contramanifestaciones que ponen en peligro el orden público.
Y no hubo medio de hacerle variar la resolución
Días después, ya en vísperas del 28 de julio, la Sociedad "El Porvenir", que deseaba celebrar de alguna manera el día de la patria, volvió a solicitar el permiso deseado, y el Intendente volvió a denegarlo.
– Lleven el estandarte a la iglesia en una caja –dijo– y en la misma forma vuelven con él al local de la Sociedad. Así nos ahorramos un conflicto.
Insistió la comisión, alegando que en Tacna todas las colectividades extranjeras, incluso la China, enarbolaban su bandera cuando les placía y que no era justo que sólo los peruanos que estaban en suelo propio, se viesen privados de esta libertad.
Una idea extraña, sabe Dios de qué alcances posteriores, debió cruzar en ese momento por el cerebro del general Vergara, pues, cambiando repentinamente de tono, dijo:
– Tienen ustedes el permiso que solicitan; pero con la condición de que me garanticen, bajo responsabilidad personal, que al conducir la bandera por las calles, el pueblo peruano no hará manifestación alguna de carácter patriótico. Exijo, desde luego, de un modo concreto, que no haya aclamaciones, ni vivas, ni vivas, ni el más leve grito que signifique, ni remotamente, una provocación para el elemento chileno.
Los miembros de la comisión se miraron un tanto desconcertados, estimando, sin duda, demasiado aventurado el compromiso que se le imponía; pero, resueltos a todo, lo aceptaron, poniendo así en grave riesgo su responsabilidad.
– Está bien señor Intendente– dijo uno de ellos hablando por todos–. No se oirá un solo grito en las calles durante la procesión del estandarte.
Al día siguiente los diarios peruanos, a la vez que daban a conocer al público el grave compromiso contraído por la comisión, recomendaban eficazmente a los hijos del lugar que el día de la fiesta honraran con su actitud la palabra empeñada al mandatario de la provincia.
Los aprestos para la gran ceremonia, que debía realizarse una semana después, en el día de la patria, comenzaron desde luego con toda actividad en medio de la más intensa expectación pública.
La institución encargada de organizar el programa –conocedora del carácter altivo y rebelde de la gente de Tacna– abrigaba el íntimo temor de que la fiesta acabara en tragedia. Un viva al Perú, contestado con un viva a Chile, podía convertir las calles de la ciudad en un campo de batalla. En medio de esta incertidumbre, llegó, por fin, el 28 de julio.
En las primeras horas de la mañana, más de 800 miembros de la Sociedad "El Porvenir" condujeron a la iglesia de San Ramón -la principal de Tacna- el estandarte que había de bendecirse. Esta traslación se realizó, intencional mente, por calles poco concurridas, a fin de evitar, en lo posible, que la hermosa bandera fuese conocida por el vecindario antes de la ceremonia.
Comenzó ésta a las 10 con el concurso de casi la totalidad de la población peruana.
Las tres naves del templo estaban materialmente repletas de gente. Afuera, en el atrio y en las calles adyacentes, una multitud incontable aguardaba, impaciente, el fin de la fiesta religiosa para escoltar la bandera del cautiverio.
En el altar mayor oficiaba, auxiliado por dos diáconos, el cura vicario de la parroquia, doctor Alejandro Manrique -antecesor del célebre cura Andía, que poco después sacrificó su vida en servicio de la Patria.
Bendíjose el estandarte, cantóse un Te Deum solemne, y en seguida el vicario subió al púlpito y habló a la enorme concurrencia, exhortándola a mantener siempre latente en el alma el amor a Dios y a la Patria; a soportar con entereza las amarguras del cautiverio y a confiar sin desmayo en las reparticiones justicieras del porvenir.
Esta oración, intitulada "La Cruz y la Bandera" conmovió intensamente al auditorio.
Terminada la ceremonia la concurrencia comenzó a abandonar el templo y a engrosar el inmenso gentío que se agitaba, imponente, en los alrededores.
Al último, cuando ya no quedaba nadie en el interior de la iglesia, apareció en la puerta, sostenida en alto, hermosa y resplandeciente como nunca, la bandera blanca y roja del Perú.
Y entonces, en aquel instante solemne, ocurrió allí, en la calle llena de sol y apretada de hombres, mujeres y niños, de toda condición social, algo inesperado y grandioso; algo que no olvidaré nunca; algo que me hizo experimentar una de las emociones más hondas de mi vida.
Apareció el estandarte en la puerta del templo, y las diez mil personas congregadas en el atrio y en las calles inmediatas se agitaron un momento y luego, sin previo acuerdo, como impulsados por una sola e irresistible voluntad, cayeron, a la vez, de rodillas extendiendo los brazos hacia la enseña bendita de la Patria.
No se oyó una exclamación, ni una sola exclamación ni el grito más insignificante. Sellados todos los labios por un compromiso de honor, permanecieron mudos. Y en medio de aquel silencio extraño y enorme que infundía asombro y causaba admiración, la bandera, levantada muy arriba, avanzó lentamente por en medio de aquel océano de cabezas descubiertas.
Y pasó la bandera y detrás de ella, como enorme escolta, avanzó el pueblo entero, y aquella procesión sin música ni aclamaciones siempre en silencio, siempre majestuosa- recorrió, imponiendo respeto y casi miedo, los jirones más céntricos de la ciudad cautiva.
En una bocacalle, un antiguo soldado del Campo de la Alianza, un hombre del pueblo invalidado por un casco de metralla se abrió paso, como pudo por entre la compacta muchedumbre, aproximándose al estandarte} besó con unción religiosa los flecos de oro de la enseña gloriosa. Y un enjambre de niños imitó luego al viejo soldado. Y ante aquel espectáculo, a la vez sencillo y sublime, tuve que apretar los ojos para contener las lágrimas.
Al paso del cortejo -en el cual el gentío parecía transfigurado por el dolor y el patriotismo- los transeúntes se descubrían pálidos de emoción y hasta los oficiales y soldados chilenos, visiblemente impresionados, levantaban maquinalmente la mano a la altura de sus gorras prusianas en actitud de hacer el saludo militar.
Hace largos años que presencié este episodio. En el tiempo transcurrido hasta ahora, sucesos de toda índole han impresionado fuertemente mi espíritu; pero ninguno lo repito -ha dejado huella más honda que éste en mi corazón.
Ahora, al evocarlo después de tanto tiempo, pasan por mi memoria otras anécdotas patrióticas ocurridas en nuestras provincias irredentas, y mi ánimo se conforta y crece mí confianza en la salvación de esos pueblos, dignos mil veces de un gran porvenir, y siento orgullo, grande y legítimo orgullo de haber nacido en Tacna.

jueves, 22 de agosto de 2013

DESACELERACION

El Perú no es una isla
Jueves, 22 de agosto de 2013 | 4:30 am

¿El Perú vive una crisis económica? No como la del 2009 en la que el crecimiento económico bajó de 9% a 0,9%, las inversiones se retrajeron, los capitales fugaron, la exportaciones disminuyeron, los ingresos fiscales se redujeron, el nivel de empleo descendió. El Perú actual no sufre una crisis de recesión de la economía como entonces, pero experimenta una desaceleración que puede culminar en una recesión. Ese es un escenario que los neoliberales se niegan a ver como posible.
¿Por qué se produjo la crisis en el 2009? El crecimiento económico del Perú del 2001 en adelante, como el de muchos países de AL, reposa en la demanda de materias primas y en los altos precios de las commodities. Este es el secreto del llamado milagro económico peruano. No es obra del modelo neoliberal como creen nuestros neoliberales criollos. Con una demanda sostenida y con precios por las nubes de las materias primas cualquier modelo económico tiene “éxito”. El desempeño neoliberal en la década 1990-2000 fue mediocre, menor que el de AL entre 1945-70 (cuando existía otro modelo económico) que, en promedio, estuvo por encima del 5%.
La economía peruana no tiene motor propio para funcionar. Los principales motores que la ponen en movimiento están fuera: USA, Europa, China. Si uno de los motores se apaga, como sucedió con la crisis del capitalismo estadounidense en el 2008, la economía peruana sufre sus efectos. El Perú pudo salir rápido del escollo porque Europa y China siguieron funcionando como motores y porque tenía y tiene recursos suficientes (acumulación de divisas, deuda externa manejable, ingresos fiscales más o menos suficientes, etc.) para enfrentarla.
La larga crisis europea no nos ha afectado tanto como la estadounidense. ¿Pero qué va a pasar en el Perú ahora que la crisis del capitalismo ha llegado a China? A Krugman le “preocupa que China no sepa cómo aminorar el paso, que sea una economía bicicleta que se caerá si deja de moverse. Y, por supuesto, he sostenido –dice– que quedarse sin campesinos dispuestos a aceptar sueldos bajos crea una pared” contra la cual choca la bicicleta.  China ha decidido bajar su crecimiento a 7,5% y eso trae algunas consecuencias en las exportaciones y en los precios de las commodities.
Krugman hace algunos cálculos: “Supongamos –dice– que la economía de China experimenta una desaceleración de 5% respecto a su tendencia. Las importaciones caerían más que esto; las estimaciones típicas de la “elasticidad de ingreso” de las importaciones (el cambio porcentual generado por un cambio de 1% en el PIB, manteniendo todo lo demás constante) son de alrededor de 2. Entonces, podríamos estar viendo una caída de 10% en las importaciones chinas; un impacto adverso para el resto del mundo de una décima parte de 3%, o 0,3% del PIB. No es nulo, pero tampoco catastrófico”.
El impacto en los precios de las commodities es más importante: “China es un consumidor importante de materia prima (por ejemplo, aproximadamente 11% del consumo de petróleo del mundo). Una caída drástica en la demanda china podría llevar a disminuciones importantes en el precio de las ‘commodities.’ Entonces, el impacto sobre la bicicleta (china) podría ser más importante para los países que venden materia prima, ya sea a China o no, que para los exportadores de China” (LR, 5-8-13).  Si esto es así, ¿por qué los políticos neoliberales se niegan a ver la inminencia de la crisis de la economía peruana?
Sinesio López Jiménez
Doctor en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), con estudios completos de doctorado en U. De París. Profesor principal de la Facultad de Ciencias sociales de la PUCP y de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM, investigador del CISEPA. Miembro del Comité Asesor de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP y Coordinador de la especialidad de Política Comparada de la maestría y del doctorado en Ciencia Política en la misma universidad.
Se ha especializado en teoría política, política comparada, democracia y ciudadanía. Ha sido coordinador de la maestría en Ciencia Política de la PUCP y de la maestría en Sociología, consultor de la Presidencia del Consejo de Ministros, 2000-2001, asesor de la Comisión de Reforma Constitucional del Congreso, 2001-2002, Director de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), 2001-2006, ex-Director de Libros y Artes, revista de  cultura de la BNP y ex -integrante  del Comité Consultivo del PNUD en el Perú.

Es autor de los libros El Dios Mortal, Ciudadanos Reales e Imaginarios, Los tiempos de la política, coautor de varios libros de sociología y política y ha escrito muchos artículos y ensayos de su especialidad publicados en el Perú y en el extranjero. Actualmente es columnista del diario La República.

lunes, 19 de agosto de 2013

Ha sido esta una década perdida para reducir la vulnerabilidad


Más allá de la maldición de los recursos
Lunes, 19 de agosto de 2013 | 4:30 am
Existe una amplia literatura económica que habla de una maldición para quienes poseen abundantes recursos naturales, tales como petróleo, minerales y productos agrícolas: éstos tendrían un menor crecimiento económico que quienes no los poseen. A lo que se agrega una acentuación en la desigualdad en la distribución del ingreso.
Uno de los males consiste en que la abundante entrada de divisas lleva a una sobre oferta de dólares y, por tanto, a un dólar barato. Por lo mismo, los bienes importados bajan de precio,  perjudicando a la industria nacional y desincentivando nuevas inversiones. Esta es la “enfermedad holandesa”, por lo que pasó en ese país cuando se descubrieron grandes yacimientos de petróleo.
Otro mal es el “rentismo”: los gobernantes se acostumbran a recibir “facilito” los dólares de las actividades extractivas, generando  “pereza fiscal”: disminuye la preocupación en recaudar los impuestos necesarios (se contentan con lo que tienen). Y estos grandes ingresos generan adicción: los gobiernos incentivan la entrada continua de inversiones en recursos naturales para mantener el statu quo.
Otra característica es que la poca transparencia es el caldo de cultivo de la corrupción. Esto no solo genera inequidad sino un gran malestar social. Por ello, a principios de este milenio se creó la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas, que reúne a gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de “transparentar” y monitorear los pagos de impuestos que realizan las empresas. El Perú es miembro pleno del EITI desde hace dos o tres años.
Sin embargo, hay quienes afirman que la existencia de todos estos males no lleva, necesariamente, a la maldición. Así, Paul Collier, economista de la Universidad de Oxford, dice en su último libro “El Planeta Devastado” (Oxford University Press, 2010): “la maldición de los recursos naturales está limitada a los países que tienen una gobernanza débil”. Por gobernanza se entiende un marco institucional que impida las malas prácticas y la “pereza fiscal”, lo que va de la mano con políticas económicas y monetarias que, por ejemplo, impidan la apreciación de la moneda (ahí sí estamos en falta).   
Si esto se hace, no habría la tal maldición. Más bien, nos debería interesar construir esa buena “gobernanza”, al mismo tiempo que esas “buenas” políticas económicas y monetarias. ¿Así de fácil?
No, porque incluso la aplicación de lo señalado se desarrolla en un ámbito muy distinto al de los impactos directos e indirectos en el medio ambiente y, también, en las poblaciones directamente afectadas. Así, por ejemplo, la construcción de una represa en la amazonía puede tener buena “gobernanza” pero muy malos impactos ambientales y sociales. Esta esfera, entonces, necesita una “gobernanza” ad hoc, como, por ejemplo, la consulta previa a las comunidades originarias y, también, la preservación de la biodiversidad amazónica. El Perú está retrocediendo en este terreno.
Pero falta más. La dependencia en la exportación de unas pocas materias primas genera “vulnerabilidad externa”. Si disminuyen sus precios, bajarán los ingresos de divisas por exportaciones y, también, las utilidades de las empresas (eso reduce el canon minero y provoca las protestas que hoy vemos), lo que reducirá los ingresos fiscales: tendremos balanza comercial negativa, dólar al alza y déficit fiscales.
¿Suena conocido? ¿Alguien escuchó hablar de “vacas más flacas” o “menos gordas”? Justamente por eso hay que ir más allá de las dos “gobernanzas” señaladas. Se trata de diversificar la base productiva y las exportaciones para reducir la excesiva dependencia en las materias primas. Es lo que han hecho los países asiáticos, a partir de políticas activas del Estado.
Han pasado diez años con viento a favor (y no se aprovechó ese lapso para cobrar un impuesto a las sobreganancias) pero el 75% de las exportaciones del Perú sigue siendo materias primas. Se pudo hacer mucho en este periodo, pero se prefirió el facilismo del “piloto automático”. ¿Ha sido esta una década perdida para reducir la vulnerabilidad? Sí.
No hay, entonces, maldición inevitable de los recursos naturales. Se necesitan  buenas “gobernanzas” y, también, políticas que reduzcan la vulnerabilidad externa e impulsen la transformación de la base productiva (allí se insertan el gasoducto del sur y el polo petroquímico, que saldrán, ¿para las calendas griegas?). De eso carecemos hoy.
Humberto Campodónico
Humberto Campodónico
Estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Nacional de Ingeniería. En 1977 obtuvo el Magíster en Desarrollo Económico en la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne. A su regreso al Perú, trabajó en el Instituto Nacional de Planificación.
Desde 1978 es catedrático en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtuvo el cargo de decano en el 2010.
Se desempeñó en el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO) y en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), como investigador desde 1984 y como asesor en 2001 y 2002 respectivamente.
Fue asesor de Ollanta Humala, presidente electo por las elecciones generales del Perú de 2011. Recientemente fue designado como presidente de Petroperu.

sábado, 17 de agosto de 2013

LA HERMANDAD MUSULMANA



Sábado 17 de agosto del 2013 | 00:09

En 1952, la Hermandad Musulmana (HM) –un grupo islamista fundado en 1928 cuyo objetivo era establecer un régimen fundamentalista en Egipto– coincidió por primera vez con un grupo de egipcios laicos cuando jóvenes del ejército del país, liderados por Gamal Abdel Nasser, derrocaron a la monarquía del Rey Faruk, servil a los intereses de Gran Bretaña.

La alianza islamista-militar fue coyuntural y breve, pues una vez que Nasser se consolidó en el poder creando la república árabe de Egipto, gobernada desde entonces y hasta el 2011 por militares (sus sucesores fueron Sadat y luego Mubarak), la HM se resintió ya que no se les otorgaba cuotas de poder y se declararon enemigos del proyecto nacionalista y socialista de Nasser y luego de un intento de asesinarlo, la organización islamista fue declarada ilegal, se detuvo a sus principales dirigentes y muchos de ellos fueron torturados o asesinados.
Ariel Segal

Gradualmente, la HM cambió su estrategia violenta por la de utilizar sus escuelas religiosas y mezquitas para ofrecer educación gratis y caridad a los sectores más pobres de la población, de manera que cuando cae la dictadura de Mubarak en 2011, y se presenta como partido político a las primeras elecciones de país, es la única organización conocida, organizada y eficiente en asistencia social, y fue esto último, y no el islamismo, lo que le permitió ganar, estrechamente, las elecciones presidenciales.

El intento del expresidente Mursi de apoderase de todas las instituciones del estado para islamizarlas, ocasionó el golpe que lo derrocó. Los excesos del ejército contra simpatizantes de la HM – que podrían provocar, como en la época de Nasser, su crecimiento y radicalización–, así como la reciente renuncia del vicepresidente del gobierno de transición, Mohamed el-Baradei, premio Nobel de la Paz 2005, son referencias que están en la otra esquina para evitar que se imposibilite la reapertura del camino democrático.

Ariel Segal,Opina.21
arielsegal@hotmail.com