martes, 12 de junio de 2012
Planeta rojo
Los “seis minutos del
horror”, el último eslabón para aterrizar en Marte
La NASA trabaja
para garantizar el descenso exitoso de una nave espacial tripulada en suelo
marciano. “No es nada fácil”, advierten.
Ante la cercanía de un posible
vuelo tripulado a Marte, la NASA ha informado que no se trata solo de
atravesar los 401 millones de kilómetros que separan el Planeta Rojo de
la Tierra y conseguir que los astronautas lleguen sanos y salvos -y en su
juicio-, sino también asegurarles el aterrizaje.
En
consecuencia, la agencia espacial estadounidense trabaja en una serie de
métodos para que una nave tripulada pueda sobrevivir “los 6 minutos del horror”
que suponen entrar en la atmósfera de Marte, frenar los motores y tocar
superficie firme, informó RT.
Aunque
la fricción la con atmósfera desacelerará la nave en los primeros cuatro
minutos, luego de esta la velocidad de la nave todavía será superior a los
1.600 km/h. En los 100 segundos que quedan para aterrizar se abrirá un
paracaídas y el vehículo perderá velocidad hasta los 320 km/h.
Cuando se llegue a esa marca,
la superficie marciana estará a tan solo 100 metros y los astronautas no
tendrán nada más que unos cuantos segundos para frenar definitivamente. ”Cuanta
más masa tenga la nave, más tiempo necesitará para eso”, apuntó RT.
Esta última fase resulta muy
arriesgada y la NASA ha pensado en superarla usando cohetes para un descenso
suave, bolsas de aire para amortiguar el impacto de una caída libre o una
combinación de cohetes y sogas (de cohetes) para hacer descender lentamente la
nave.
Sin
embargo, el problema es que ninguno de estos instrumentos sería capaz de
soportar el peso de una nave que está diseñada para alojar a los tripulantes y
su equipamiento.
Ante
esta situación, la agencia espacial prueba un “desacelerador supersónico” que
consiste en tres mecanismos para desacelerar el vehículo en su ingreso a Marte
de forma más rápida.
Dos de
estos elementos son recipientes hinchables de presión en forma de globo, de 6 y
7 metros de diámetro, que se accionarán alrededor de la cápsula en descenso. El
tercer mecanismo es un paracaídas de 33 metros de diámetro que permitirá
reducir la velocidad hasta unos 280 km/h (en vez de los 320 km/h por hora
actuales).
Se informó que la NASA empezará a examinar cómo funcionará el
sistema una vez combinado con un trineo de cohetes a inicios del año que viene.
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