lunes, 14 de mayo de 2012
"Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos maldecirán la aprobación de ese fatal Tratado”
Perú-Bolivia 1873: El tratado secreto que NUNCA fue secreto
Perú-Bolivia 1873: “El tratado secreto que NUNCA fue secreto”
Por Juan Carlos Herrera Tello; jcherrerat@yahoo.com*
* -FOTOGRAFIAS SOBREVIVIENTES DE LA GUERRA DEL PACIFICO 1879-
Buscando fuentes para
la redacción de un artículo sobre la Convención Fluvial de 1851 donde se
delimitó parte de la frontera entre Brasil y Perú, adquirí recientemente una
traducción del texto “El Imperio del Brasil y las Repúblicas del Pacífico” del
diplomático brasileño Luis Claudio Villafañe.
El texto de Villafañe
es categórico y se basa en los documentos del Archivo Histórico de Itamarati,
(Cancillería de Brasil) y de allí nos da a conocer la perspectiva brasileña: al
inicio nos presenta a Argentina como la autora intelectual del Tratado de 1873
de Alianza Defensiva; luego al Perú y Bolivia como los aliados solicitando a
Argentina la adhesión al ya firmado Tratado y de cómo conoció el Imperio del
Brasil el Acuerdo Secreto primero, y como éste se lo comunica a Chile.
Tiempo atrás
Para tener una mayor
comprensión de lo que sucedía en la época es necesario retrotraernos a la
década del 60 del siglo XIX y entender algunos aspectos que en principio no
parecen que fueran gravitantes cuando en realidad su peso los hace conocer la
historia de la manera más cruda.
A raíz de la incursión
de España para tratar de recuperar sus antiguas colonias de América, Chile y
Perú firman un Tratado de Alianza Ofensiva y Defensiva el 5 de diciembre de
1865, al cual se adhirieron posteriormente Ecuador el 30 de enero y Bolivia el
19 de marzo de 1866. A este Tratado se le conoció como el de la Cuádruple
Alianza, y los motivos de su suscripción son evidentes.
En el otro extremo del
continente se gestaba otra guerra, pero esta vez entre pueblos vecinos, el
Imperio de Brasil se unía con Argentina y Uruguay contra Paraguay un 1º de mayo
de 1865, en un protocolo adicional a este acuerdo los aliados se repartían las
armas y los pertrechos de guerra así como los trofeos, (los trofeos, como se
sabe, fueron devueltos al vencido como manifestación de olvido de un posterior
triunfalismo).
Ambos acuerdos fueron
secretos, pero el primero era de índole defensiva ante la invasión extranjera,
mientras el segundo tal como el Tratado lo afirma, es contra el gobierno de
Paraguay y no contra su pueblo, (sic).
La Cuádruple Alianza
afianzada en su triunfo contra la invasión española tenía en Perú su mayor
exponente y al enterarse de la existencia del Tratado de la Triple Alianza,
lanza una nota de protesta el 20 de agosto de 1866 al Imperio del Brasil por
los términos del Tratado: “Perú y sus aliados, no pueden quedarse en
silencio; y el más sagrado e imperioso de los deberes lo induce a protestar de
la forma más solemne contra la guerra, que se hace con semejantes tendencias, y
contra cualquier acto que, como consecuencia menoscabe la soberanía,
independencia e integridad de la republica paraguaya”.
Tensión con Perú
Según el Informe de la
Repartición de Negocios Extranjeros de Brasil, esta nota fue considerada “inadmisible,
ya sea en la materia o en la forma” y lo que aumentó la tensión con el
Perú fue cuando el presidente Prado afirmó que “Paraguay sostiene contra el
Imperio del Brasil y sus aliados una lucha en la que la justicia de la causa
compite con el heroísmo de la defensa”. El encargado de negocios de Brasil
de apellido Varnhagen al no conseguir las explicaciones satisfactorias para su
Estado rompe las relaciones entre los dos países.
Ninguna otra republica
del Pacifico rompió relaciones con Brasil, más que el Perú por el asunto de la
guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, y este hecho marcó la
desavenencia por muchísimos años entre los dos países no obstante ser
limítrofes en una extensa frontera y por los buenos términos que hacía solo 15
años atrás se había ganado con la Convención Fluvial de 1851 suscrita por
Bartolomé Herrera y Duarte Daponte Ribeyro.
Jorge Guillermo Leguía
en “Bartolomé Herrera: Escritos y Discursos” (Tomo I) dice:
(Herrera) “dejó
sólidamente establecida la amistad de ambos estados, que no habría sido turbada
si el gobierno de 1867 no hubiera, de modo indiscreto e inconducente,
protestado de la guerra del Paraguay.
Desde esa época perdió
el Perú la amistad del Brasil, que desde entonces se atrajo Chile, sin haberse
logrado nada práctico a favor del Paraguay y quedó malograda la obra de
Herrera”
Las relaciones
diplomáticas con Brasil fueron restablecidas recién el 4 de setiembre de 1869
cuando José de la Torre Bueno presentó sus credenciales ante el gobierno
imperial. Luis Villafañe en su texto, explica con claridad: “Si no fuera por
la intransigencia de Varnhagen aquella drástica medida podría haberse evitado”.
En este escenario
internacional es como se encuentra el Perú ante el resto de los países del
hemisferio, con una riqueza apreciable en lo que se refiere al guano y al
salitre ubicada ésta última en el departamento más austral de su territorio,
por ello necesitaba defender no sólo su integridad territorial sino sus
riquezas.
Escenario conflictivo
Por otro lado Brasil,
después de concluida la guerra contra Paraguay, volvió a tener problemas con
Argentina en sus asuntos de límites, y ya Bolivia con Chile, nuevamente, habían
quedado en entredicho los acuerdos que firmara el tiranuelo Melgarejo cediendo
una porción del departamento de Antofagasta, permitiendo que Chile avance unos
grados más al norte de su delimitación histórica y compartiendo los frutos y
productos de las riquezas aun más al norte de la línea de frontera. Y para
aumentar la tensión surgía con mayor claridad el conflicto de Argentina con
Chile también por sus asuntos fronterizos.
Entonces el país que
tenía mayores peligros era Argentina. Al norte, Brasil con sus reclamos sobre
el territorio de Misiones y al oeste la extensa frontera con Chile donde éste
pretendía el territorio patagónico.
Génesis del Tratado de 1873
Así es como Luis
Villafañe explica el inicio del Tratado de 1873:
“En medio de este
clima de tensión e incertidumbres, el presidente Sarmiento convocó a una sesión
secreta del Congreso argentino. Esa sesión atrajo la atención de los
diplomáticos con sede en Buenos Aires. Los representantes brasileño y chileno,
el Barón de Araguaia y Blest Gana respectivamente”.
Es así que el 20 de
octubre de 1873, el Imperio de Brasil alerta a sus diplomáticos en La Paz, Lima
y Santiago, para que se conozcan las alianzas que pudieran formarse contra el
imperio. En octubre, el Barón de Araguaia informa que “el objetivo de las sesiones
secretas fue un proyecto de alianza ofensiva y defensiva entre la República
Argentina, Bolivia y Perú presentado por el señor Tejedor (Ministro de RREE
argentino), como siendo propuesto por Bolivia”.
Pero Villafañe, basado
en la obra del diplomático chileno Fernández Valdez “La República de Chile y el
Imperio del Brasil” sostiene que Guillermo Blest Gana informaba a su gobierno
que “las sesiones secretas se destinaban a discutir un proyecto de
alianza entre Argentina, Bolivia y Perú y que consideraba que eran dirigidas
más contra Brasil que contra Chile”.
Sergio Fernández
Larraín quien ha compilado el “Epistolario de Alberto Blest Gana 1856– 1903”,
hermano de Guillermo, publica una carta dirigida al Ministro de RREE de Chile
desde Paris el 16 de febrero de 1874, donde le dice: “Hablándome de una
alianza entre Perú y Bolivia, me indica Ud. la necesidad de evitar que un
rompimiento con alguna de esas repúblicas, vengan a ser causa que la autoridad
inglesa nos confiscara temporalmente nuestros buques”.
El Imperio del Brasil
tenía razones valederas para pensar que se tejían alianzas en su contra, país
con una frontera extensa y en aquel momento indefinida aun, quería evitar
entonces, que la alianza de Perú, Bolivia y Argentina, no se volcara contra
ellos, para eso necesitaba tener persuasiones y seguridades que sus agentes en
Lima, La Paz y Buenos Aires deberían de obtener y así lo hicieron.
Aclarando oscuridades
Luis Villafañe en su
texto aclara el misterio y nos dice: “Fue el ministro brasileño en Lima
Filippe José Pereira Leal quien aclaró el misterio en los últimos días de 1873,
en una conversación con el Ministro de RR EE peruano Riva Agüero.” En
tal sentido fue entonces don José de la Riva Agüero y Looz Corwaren quien le
dio sus impresiones a Pereira Leal y los motivos de aquella alianza que buscaba
la adhesión Argentina. Y como prueba de que la alianza no era contra Brasil “el
Tratado Secreto fue confiado a Pereira Leal durante veinte cuatro horas para
que éste pudiera informar al gobierno imperial sobre su contenido”.
Inexplicable descuido
Esas veinte y cuatro
horas fueron más que suficientes para que el brasileño pudiera copiar el texto
del Tratado y así informar a su cancillería, y ésta, a su vez, informar a la
chilena si lo tenía a bien; lo que ocurrió posteriormente.
Es en marzo de 1874
que el Ministro brasileño en Santiago informa a ese gobierno sobre el Tratado
entre Perú y Bolivia aunque Luis Villafañe advierte que Chile ya lo conocía,
aunque es obvio que el texto fue filtrado por Brasil por la excesiva confianza
de Riva Agüero.
Obsequiando el pretexto
En nuestra
bibliografía existen dos textos básicos sobre este Tratado cuyas autorías
pertenecen a José Pardo y Barreda quien trata de vindicar la memoria de su
padre, y el de Pedro Yrigoyen vindicando la memoria de su ancestro en su
participación en la Argentina; pero en ninguno se aclara que fue por culpa de
los propios peruanos en la persona de su Canciller quien dio a conocer aquel
acuerdo que sirvió de pretexto a Chile para declararnos la guerra.
En la América de 1873,
todos desconfiaban de todos; todos, especialmente Brasil, temían alianzas
contra el interés de sus países y conquistar territorios a costa del débil y
las telarañas de alianzas estaban solo en las ideas, más no en concretarlas como
lo hicieron temerariamente Perú y Bolivia. Bolivia no quería que Argentina
entrara en la Alianza por su problema de límites que mantenía con Buenos Aires,
y además solucionó su frontera con Chile. Argentina dejó de tener los
resquemores con Brasil y se solucionaron mientras el Perú insistía en la
alianza con Argentina tanto por Riva Agüero que proponía que en el Tratado de
Defensa iba ir una cláusula donde se establecía que no se mezclasen los
problemas con el Brasil, lo que Argentina no aceptó.
Secreto cantado urbi
et orbi
Pedro Yrigoyen y Pardo
y Barreda habían demostrado, por otras fuentes, que el Tratado secreto de 1873
fue conocido y hasta traducido en varias partes del mundo por lo que su
secretismo fue inviable desde el mismo momento de haberse puesto en los debates
del Congreso. No se tiene nada respecto a si hubo filtraciones del Congreso
peruano, pero sí del boliviano y el argentino, como se precisa con detalles en
el Tomo IX Volumen I de la Historia Marítima del Perú.
“Nuestros hijos
maldecirán aprobación de ese fatal Tratado”
Una Alianza funesta
que se mantuvo, a pesar de no haberse logrado la adhesión de Argentina; un
Tratado Secreto que no fue secreto desde sus inicios por acciones de la misma
cancillería que lo estableció como secreto y que dio el acuerdo para ser
revisado por 24 horas a extraños al pacto; un Tratado que después sirvió de
pretexto para que se nos declare la guerra en nuestro peor momento económico,
hoy después de más 135 años se abren nuevas luces sobre la filtración de este
acuerdo que nos trae a la memoria lo dicho por don Modesto Basadre diputado por
Tacna en 1873: “unos cuantos
combatimos la tal alianza; yo el más encarnizado… se aprobó el Tratado de
Alianza a las tres de la mañana. Pedí la palabra y dije: …que tenía pleno
convencimiento que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos maldecirán la
aprobación de ese fatal Tratado”.
El Tratado “Secreto”
de 1873 de Alianza Defensiva con Bolivia, tuvo como principal causa evitar que
Bolivia se aliara con Chile y determinaba tenerla mejor como aliada que como
contraria al Perú. Este pacto fue en síntesis de aquellas sumas que al final
restan.
(*) Asesor en Asuntos
Internacionales
Abogado
herbertmujicarosas
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