¿Hasta dónde ha llegado el narcotráfico?
Domingo, 14 de abril de 2013 | 4:30 am
A muchos sorprendió que el ex presidente Alan García reaccionara
tan airadamente hace un par de semanas, cuando el programa de TV Cuarto Poder
denunció que, según la comisión investigadora del Congreso que preside Sergio
Tejada, el gobierno aprista había concedido un número desproporcionado de
indultos a narcotraficantes.
García respondió de inmediato, de manera desusadamente agresiva,
atacando directamente a la pareja presidencial. Y después dio entrevistas a
muchos medios de comunicación y volvió a aparecer en conferencia de prensa con
todos los que fueron sus ministros de Justicia.
Parecía exagerado. Pero no lo era. García conocía algo que el público no sabía
y que ahora han revelado reportajes de El Comercio y La República.
Por supuesto, después de esos descubrimientos, García
desapareció de la escena. Incluso sus mastines se escondieron. En una respuesta
organizada por el propio ex presidente, aparecieron solo los eslabones más
débiles de la cadena, José Facundo Chinguel y Manuel Huamán.
Grandes
narcos
Manuel Huamán Montenegro, un cabecilla del narcotráfico,
militante aprista, sentenciado a 8 años de prisión, fue “uno de los promotores
y tramitadores de rebajas de condenas” de la comisión de indultos del gobierno
de Alan García. (Óscar Castilla, “Condenado por narcotráfico integró comisión
de indultos”, El Comercio, 10.4.13).
Huamán “fue el operador legal del capo Herless Díaz”, según El
Comercio. La banda de Los Norteños se hizo famosa cuando en 1995 la Policía
incautó en Piura el alijo de cocaína más grande jamás descubierto, tres
toneladas y media que iban a ser exportadas a México. Jorge López Paredes y
Herless Díaz, líderes de la banda, fueron condenados a cadena perpetua y 30
años, respectivamente.
Después de salir de la cárcel,
Huamán, con espíritu emprendedor, constituyó un estudio con otros abogados que
también trabajaban en la comisión de indultos, que estaba infestada de
apristas. (Gerardo Caballero, “Casi la mitad de los facilitadores de la otrora
comisión de indultos eran apristas”, El Comercio, 11.4.13.
Varios de los que obtuvieron su
libertad por las gracias presidenciales de Alan García eran apristas. Y
volvieron a las andadas. (María Elena Castillo, “4 reos que salieron de prisión
y reincidieron son del Apra”, La República, 11.4.13).
El
gato de despensero
Los argumentos de defensa de los apristas son ridículos. Huamán
dice que se rehabilitó en la prisión. José Facundo Chinguel sostiene que
no hay ningún obstáculo legal para que haya hecho lo que hizo.
Como bien ha anotado Claudia
Cisneros, habría que decirles “que así como un ex terrorista no puede enseñar
en un colegio o un ex pedófilo en un nido, un ex narcotraficante ¡No puede
asesorar a un gobierno sobre beneficios a narcos!”. (La República, “El Apra:
desesperado control de daños”, 12.4.13).
Los apristas son expertos en
mentir, tergiversar y desviar la atención. Pero esto los va a afectar, por más
cabriolas y piruetas que realicen.
El gobierno va a tratar de
sacarle provecho al tema, sin duda. García es uno de los rivales más fuertes
que tendría Nadine Heredia el 2016. Pero que haya un interés político no
implica que las denuncias sean falsas o inconsistentes.
¿Hasta dónde han llegado?
El Perú es el primer productor de cocaína del mundo. Se fabrican
alrededor de 321 toneladas al año y se incauta poquísimo, 17 toneladas según
los últimos reportes de Naciones Unidas. Colombia y Bolivia producen menos
cocaína pero incautan mucho más.
El problema fundamental es la
corrupción de las instituciones encargadas de perseguir el narcotráfico, la
Policía, el Poder Judicial, la fiscalía, el sistema penitenciario.
Hay zonas del país que están
fuera del control del Estado. En Puno impera el narcotráfico, la minería
ilegal, el contrabando, la trata de personas. En Madre de Dios la minería
ilegal, la tala ilegal, el narcotráfico, la trata de personas. En el Vraem el
narcotráfico, la tala ilegal.
Y todos esos negocios ilícitos
y muy rentables ¿no han penetrado también la política? ¿Los gobiernos
regionales y municipales son inmunes? ¿Los congresistas son de otro planeta?
Hace poco en Madre de Dios
derrocaron al presidente regional. Su reemplazante se inauguró exhibiéndose con
un congresista de la región apodado “Comeoro”, gestor de intereses de la
minería ilegal, que acababa de ser sancionado por el congreso, y había salido
de la cárcel para instalarse en el Parlamento.
En este contexto ¿podemos
sorprendernos por lo ocurrido en el gobierno aprista con los indultos a
narcotraficantes?
El asunto debería
llevar a una discusión en serio de hasta dónde el crimen organizado ha
penetrado la estructura del Estado y la política. Si el tema permanece en las
sombras como hasta ahora, si las autoridades y los políticos miran para otro
lado, es precisamente una prueba de que el crimen organizado ha invadido
profundamente las instituciones.
Fernando Rospigliosi
Nació el 25 de febrero de 1947 en Lima. Estudió sociología en la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
Ha trabajado como profesor e investigador académico de la
Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima, editor y
columnista del semanario “Caretas” y comentarista del Canal N de televisión. Ha
sido investigador del Instituto de Estudios Peruanos, IEP.
Se desempeñó como Ministro del Interior en dos ocasiones durante
el gobierno de Alejandro Toledo y Presidente del Consejo Nacional de
Inteligencia (CNI), la agencia de inteligencia del Estado.
Actualmente escribe la columna "Controversias" en el
diario La República y conduce "Llanta de prensa", en ATV+
No hay comentarios:
Publicar un comentario