lunes, 3 de septiembre de 2012
ENAP
COMPRANDO GASOLINA AL ESTADO CHILENO
Petroperú puede jugar un rol más
importante que el que tiene ahora en el aprovechamiento de nuestros hidrocarburos
y en el resguardo de nuestra soberanía energética. Sin embargo, pese a su
trascendencia, este es un asunto que apenas se debate.
Aun así, el anuncio del fortalecimiento
de Petroperú que hizo el presidente Humala el 28 de julio, más ciertas iniciativas
concretas en esa línea, mantienen viva la discusión, así no gane primeras
planas.
Quienes se oponen a esas iniciativas
sostienen, primero, que las empresas estatales son de por sí ineficientes y
generan pérdidas. Y, segundo, que aun si reportaran ganancias, estarían
metiéndose en actividades que deberían ser dejadas para la actividad privada.
Sin embargo hay varios casos, aquí nomás
entre los vecinos latinoamericanos, que refutan ambos argumentos. Consideremos
el caso, ya no de PETROBRAS o PDVSA, sino de la Empresa Nacional de Petróleos
(ENAP) de Chile.
ENAP se fundó en 1950 para explotar
petróleo en Magallanes, que hasta ahora es la única zona chilena con
yacimientos de hidrocarburos de valor comercial, pero, a pesar de eso, la
empresa se ha desarrollado en todos los frentes de la industria.
Por ejemplo, ha montado tres refinerías.
Por la declinación de la producción de Magallanes, Chile tiene que importar
hasta el 99 % del crudo que procesa. El mayor importador es justamente
ENAP, pero esta a la vez exporta combustibles a otros países.
La empresa exporta hacia Perú
parte del combustible producido por sus refinerías. Unos 7 mil barriles
diarios de diésel y gasolina de alto octanaje son vendidos aquí por una filial
de la propia ENAP, la importadora Manu Perú Holding, que provee sobre todo a la
cadena de grifos PRIMAX, también propiedad de ENAP en sociedad con el Grupo
Romero. De hecho, ENAP ha comprado cadenas de grifos también en Ecuador y
Chile.
Obviamente, siendo estatal, ENAP no se
inhibe de hacer alianzas con empresas privadas. Hace tiempo que es socia del
consorcio que maneja la principal industria petroquímica en Chile.
ENAP también tiene operaciones de
explotación en Argentina, Colombia, Ecuador y Egipto. Su proyección
internacional resultó clave cuando Argentina redujo su venta de gas a Chile.
Los gobiernos de Lagos y Bachelet buscaron alternativas y pusieron a ENAP de
socio minoritario de un proyecto de planta regasificadora y gasoducto. Según
Bachelet, sin ENAP no hubiera sido posible salvaguardar la seguridad energética
de Chile.
En sus 62 años de existencia el
fortalecimiento de ENAP ha sido apoyado por distintos regímenes políticos y
gobiernos chilenos. Es una política de Estado que se basa en la comprensión de
que se debe aprovechar para la nación la renta del petróleo y se debe cautelar
la soberanía energética.
En este sentido, la idea de mantener a
Petroperú en un status de restricciones resulta incomprensible, salvo que se
pretenda favorecer a actores que no toman precisamente al interés nacional como
referencia obligada.
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