jueves, 9 de agosto de 2012
“La Pontificia Universidad Católica del Perú es una institución de la Iglesia Católica”
“La Iglesia nunca ha perdido, esta no
será la primera vez”
Estudió
en el San Agustín. Allí estudió con Jaime Bayly. Natale Amprimo nos dice que no tenía el humor y la
ironía de Jaime, pero que si algo lo caracteriza es que es aguerrido. Es el
abogado del Arzobispado de Lima en su litigio con la Universidad Católica.
¿Por qué se hizo abogado?
Hasta
cuarto de media quería ser aviador. Pero entonces tuve como profesor de
Educación Cívica a Juan Carlos Román Torero, un joven abogado que nos enseñó la
Constitución de 1979 y parte de los códigos Civil y Penal. Esto hizo que
cambiase mi vocación y me interesase por el Derecho, lo que fue una sorpresa
incluso para mi familia –donde no hay abogados– pues me interesaban más los
números que las letras.
Usted
llama ‘Universidad del Fundo Pando’ a la PUCP…
Mis
amigos de la ex-Católica –porque hasta la Conferencia Episcopal la llama así en
su último comunicado– se han sentido ofendidos. No deberían, es una descripción
gráfica de lo que está pasando.
¿Cuál es la solución?
Los
cambios estatutarios que propone la Santa Sede no son traumáticos. Hoy, las
cosas están así porque sus autoridades incitan a la violencia. Primero dijeron
ser parte de la iglesia y, cuando no les convino, dijeron “ya no”; cuando ya no
tuvieron argumentos legales y los de la razón, personalizaron el problema y
dijeron que no les gustaba monseñor Cipriani.
La Católica dice que ella se rige por
las leyes peruanas…
No
hay incompatibilidad entre la legislación eclesiástica y la peruana. Tan es así
que en el Perú hay ocho universidades acogidas a la legislación eclesiástica.
Aquí se habla mucho de la Ley Universitaria de 1969, dada por Velasco, pero
hasta allí hay un artículo que dice que el rector de la Católica se seguirá
eligiendo por su normativa propia. Y qué decía esa normativa propia: “El
Gobierno supremo de la universidad compete al Episcopado del Perú y a la Santa
Sede”.
Pero en el acuerdo entre el Perú y
Roma, de 1980, se dice que la Iglesia, en educación, se somete a la legislación
peruana…
La
legislación peruana reconoce que el concordato contempla un régimen jurídico
–aplicable a las universidades– independiente de la legislación común. ¿Qué
decía este acuerdo? Que correspondía al Consejo de Gobierno “velar por el
cumplimiento de las normas canónicas que rigen la vida de las universidades,
interpretar el estatuto y proponer a la Santa Sede las eventuales reformas”. Es
decir, solo a la Santa Sede le correspondía variar los estatutos… algo que la
Católica desconoció.
Para el Arzobispado, ¿la Católica es
de la Iglesia?
No
solo para el Arzobispado, también para la Santa Sede y para la misma
universidad. Hay documentos de la propia universidad que lo reconocen. Se lo
explico. Esta se fundó en 1917 en el interior de la Iglesia, con previa
aprobación del Arzobispado de Lima e indicación de la Santa Sede. En ese
momento, las normas de la Iglesia señalaban que toda institución que se formara
en su interior era de derecho público eclesiástico.
Es decir, ¿desde su fundación, la PUCP
es de la Iglesia?
Sí.
De lo contrario, cómo se explica que, en junio de 2011, Marcial Rubio, rector
de la PUCP, haya enviado una carta a la Conferencia Episcopal donde a la letra
dice: “La Pontificia Universidad Católica del Perú es una institución de la
Iglesia Católica”. Es decir, ¿hace un año eran de la Iglesia y ahora ya no?
Marcial Rubio ha declarado que el
interés de Cipriani es meramente patrimonial…
Mire,
ni un solo centavo de la universidad irá ni puede ir a la Iglesia, porque todo
debe ser en provecho de ella. Lo único que pide la Santa Sede son controles,
claro, dentro de ellos y como es natural, que el dinero de la universidad sea
debidamente invertido.
En el caso de la herencia de Riva
Agüero, se señala que, al ser los bienes ya propiedad de la PUCP, esta puede
disponer de ellos libremente…
La
Ley Universitaria señala, en su Art. 83: “Los bienes provenientes de donaciones
y legados quedan sujetos al régimen de quien los donó y los legó”. Leamos el
testamento de Riva Agüero: “Para el sostenimiento de la Universidad Católica de
Lima, a la que instituyo por principal heredera, y para los demás encargos y
mandas, pongo como condición insustituible, y nombro (una Junta) como administradora
perpetua de mis bienes”. Aquí hay dos niveles: los bienes que dejó Riva Agüero
son de la universidad, pero se administran de acuerdo a cómo este ordenó.
Segundo, la universidad es propiedad de la Iglesia, y esta tiene normas de
fiscalización sobre quienes la componen para velar por que una institución que
se presenta como ‘pontificia’ y ‘católica’ guarde coherencia.
¿Cuándo recuperará la Iglesia el
manejo de la PUCP?
Eso
no me corresponde decirlo. Solo le digo que la Iglesia tiene dos mil años. En
ese tiempo nunca perdió una batalla, y esta no será la primera.
AUTOFICHA
- Estudié en el San Agustín. Nunca
dudé de mi fe, aunque no siempre fui un católico practicante. Hoy, por mi
contacto con monseñor Cipriani, ratifico cada vez más mi fe.
- A Cipriani lo siento como si fuera
de mi familia. Soy testigo de su buena fe, claridad y búsqueda de la verdad.
Estas virtudes no abundan.
- Monseñor Cipriani, antes de ser
sacerdote, es un peruano y habla como nosotros. Tiene calle, camerino. Es un
pastor, no una oveja, y a veces tiene que regañarnos.
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