Santiago De Chile: Juego de Sillas
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Leí, Michelle, que se iba a tomar unos días de vacaciones en Nueva York. Que nadie la convenza de lo contrario porque no solamente se lo merece sino que lo va a necesitar”.
“Muchas gracias presidente. La mala noticia es que no voy a ir a Nueva York, no sé de dónde sacaron eso, pero sí me voy a tomar unos días en Chile; en Santiago, no sé; pero que no le quepa duda que a partir de marzo yo haré todo, todo lo necesario para que podamos hacer un muy buen gobierno”.
“Michelle, pero tómese sus días de descanso porque todos los seres humanos, incluso los que son resistentes y trabajadores como usted, necesitan un buen descanso”.
Y luego el mandatario chileno Sebastián Piñera colgó el teléfono de modo firme pero sin dejar de sonreír.
“Ya está”, se le escuchó exclamar por televisión.
En simultáneo, Michelle Bachelet se mostraba un poco más seria y lo invitó a desayunar en su casa al día siguiente, lunes 16, a las 9 de la mañana.
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El presidente Sebastián Piñera y su esposa Cecilia Morel visitaron a la presidenta electa en su casa, el lunes 16 |
Hasta allí, en el barrio de La Reina, llegó Piñera con su esposa Cecilia Morel. Durante poco más de una hora departieron en el austero comedor, vestido de mantel blanco y platos con lonchas de jamón, pan y frutas.
Piñera le llevó de regalo una colección de libros sobre su obra de gobierno.
Las pinceladas de probable ironía no opacaban para nada las maneras de una democracia que avanza a grandes pasos, a poco más de veinte años del fin de la dictadura.
No solo una política de credenciales izquierdistas como Bachelet vuelve al poder, con el 67% de los votos obtenidos en segunda vuelta frente a la oficialista Evelyn Matthei.
Los comicios del domingo 15 fueron los primeros celebrados bajo la figura del voto voluntario, que se sintió en el millón de sufragios menos que los de la primera vuelta.
Bachelet llega al poder con una plataforma que propone una extensiva reforma tributaria que permita financiar el acceso gratuito y mejorado a la educación pública, además de las políticas sociales. También promete una nueva Constitución.
Pero el primer desafío que confrontará la presidenta será probablemente de materia internacional y no sería raro que el chiste de Piñera sobre el descanso fuera medio en serio.
REACCIÓN Y EJECUCIÓN
Solo dos días antes de la segunda vuelta la Corte Internacional de Justicia anunció desde La Haya que el fallo sobre el diferendo marítimo Perú-Chile será dado a conocer por su presidente Peter Tomka el 27 de enero.
La fecha elegida puso en marcha una compleja coreografía en Santiago.
A Piñera le ha tocado confrontar el desenlace del caso. Como ocurrió en el Perú, la estrategia de Estado se mantuvo intacta a pesar del cambio de administración (si bien cuando se hizo público el anuncio recordó que la demanda “se presentó durante el gobierno anterior”).
Y a Piñera le tocará articular la delicada reacción inmediata a la lectura del fallo. Un mes y medio después, el 11 de marzo, Bachelet tomará la posta.
Extremadamente cauta, la presidenta electa declaró el lunes después del desayuno que “nosotros tenemos ad portas el fallo de La Haya, esperaremos el resultado como corresponde e iremos detrás del presidente en el sentido de apoyar todo lo que ha hecho y dicho. No hay nada nuevo en ese sentido… Hemos tenido una política de Estado en relaciones internacionales y eso continuará así. El presidente ha tenido muchas reuniones con expresidentes y poderes del Estado y probablemente tomará medidas y pasos a partir del 27 de enero. Ya verá qué le corresponde”.
El excanciller peruano José Antonio García Belaunde lo puso en términos más directos esa misma mañana: “Entre ambas cosas (el fallo y el cambio de mando) pasará un mes y medio y no creo que Chile pueda estar ese tiempo sin decir ‘esta boca es mía’. El presidente Sebastián Piñera tendrá que hacerlo”.
Mientras tanto, el mandatario Ollanta Humala, que se trasladó a la simbólica Tacna para encabezar con su esposa Nadine Heredia una actividad navideña del Ministerio de la Producción, reveló el contenido de la conversación telefónica que sostuvo con Bachelet el mismo domingo, cuando la felicitó por su triunfo:
“Va a continuar la misma política del Gobierno de Chile que es el acatamiento y ejecución del fallo de la Corte de La Haya. Queremos demostrar al mundo entero que se puede resolver problemas históricos a través del marco jurídico internacional”.
¿REALISMO INFORMADO?
El diario El Mercurio anunció la fecha de lectura del fallo el miércoles 11, con 48 horas de anticipación a la declaratoria oficial del CIJ, obviamente filtrado por la Cancillería chilena.
Especialistas que observan con detenimiento el caso advierten que tales goteras de información no son parte de los procedimientos regulares en el tribunal y llaman la atención, en esa dirección, sobre el papel del juez ad hoc en La Haya nombrado por Chile, Francisco Orrego Vicuña.
El jurista fue designado por el gobierno chileno en el 2008. Pero en mayo último el diario web El Mostrador reveló que, tres años más tarde, fue contratado por el mismo Estado para emitir una opinión jurídica sobre el caso de los bonos soberanos emitidos por el Perú para la reconstrucción de Arica, seriamente afectada por el terremoto de 1868, antes que la Guerra del Pacífico terminara arrebatándole al país esa región.
Un porcentaje de esos bonos pertenece hoy a la empresa Target. Orrego fue contratado para que determine si debían ser pagados por Chile o Perú, pero el resultado de su análisis no se hizo público. El conflicto de intereses con su trabajo en la CIJ, donde debe guardar la más estricta confidencialidad, se hizo evidente.
Como fuera, hay quienes creen que el tono pesimista de algunos personajes chilenos sobre el fallo tiene que ver con el acceso a información privilegiada.
TRES PUNTOS EN JUEGO
Pero desde Torre Tagle se alerta que el fallo no será en blanco y negro, y contendrá los matices propios de una controversia compleja.
Los especialistas peruanos consideran que el acierto peruano se basó en trasladar a Chile la carga de la prueba, que no habría podido demostrar que los tratados de 1952 y 1954 son de límites. Ante esas circunstancias le tocaría delimitar a la CIJ.
¿Cómo lo hará? Es un misterio.
En juego no solo está el triángulo interno establecido por el paralelo y la línea bisectriz propuesta por el Perú, sino también el triángulo externo y el Hito 1 (ver mapa).
Las horas y días inmediatos al fallo son cruciales. Se busca evitar que el resultado judicial y sus matices sean presentados como si fueran un score en el que se gana o pierde “por goleada”.
La prensa tendrá una gran responsabilidad en la formación de “una matriz de opinión” y la ejecución del fallo tomará tiempo. Se requerirá por ejemplo cambios en la legislación para adaptarla al fallo.
El propio Humala declaró el martes que la ejecución también incluirá “la implementación de comisiones multisectoriales en proyectos de desarrollo, económicos y comerciales”.
DIPLOMACIA QUIRÚRGICA
Por todo ello, la lectura del fallo será tratada como un acto diplomático-quirúrgico. El acto solemne no tomará más de hora y media y se iniciará a las 3 de la tarde hora europea y 9 de la mañana hora peruana.
El fallo es en sí un libro, pero el eslovaco Tomka dará lectura a la parte ejecutiva en la que se resumen las conclusiones de los jueces y sus decisiones sobre los distintos puntos de la controversia.
La lectura será transmitida en vivo por el canal del Estado. Ambas cancillerías coordinan para contratar un mismo equipo de intérpretes al español.
Los agentes de ambos países se limitarán a dar una breve declaración. Ninguno de los demás integrantes de los equipos estará autorizado para brindar declaraciones.
Finalizada la lectura, los equipos se reunirán con sus abogados para realizar una primera evaluación del fallo.
Humala y Piñera emitirán sendos pronunciamientos dos horas después. Se espera que sean simultáneos para evitar la impresión que uno responde al otro.
BACHELET EN SEGUNDO TIEMPO
¿Cómo manejará Bachelet lo que le “corresponda” luego?
Es definida como una mujer “cordial, inteligente y con carácter” por un veterano diplomático peruano.
En 2000 fue nombrada ministra de Salud del gobierno de Ricardo Lagos, dos años más tarde pasó a la cartera de Defensa y en el 2006 conquistó la Presidencia de la República por primera vez.
Luego del progresivo deterioro de las relaciones bilaterales durante los gobiernos de Alejandro Toledo y Ricardo Lagos, García inició esfuerzos abiertos de distensión.
A lo largo de la década, Bachelet había trabajado estrechamente con sus pares peruanos, entre ellos, por cierto, el agente peruano ante La Haya, Allan Wagner, canciller del gobierno de Alejandro Toledo en 2002, secretario general de la Comunidad Andina de Naciones en el 2003-2006, y ministro de Defensa con Alan García en el 2006, periodo en el que se promueven las reuniones del 2+2 (“ministro, mime a sus militares”, le dijo a Wagner durante un almuerzo celebrado en Santiago en el 2006, en marco de la primera reunión. El comentario recordó que era también pragmática frente a su contexto. La propuesta de García para reducir el gasto armamentista cayó en saco roto).
Todo indica que Bachelet valoró el acercamiento pero consideró que algunos gestos –la devolución de los libros peruanos, posponer la emisión del controversial documental “Epopeya”– bastarían para diluir la posibilidad de recurrir a La Haya.
El entonces canciller Alejandro Foxley le dijo más de una vez a su par García Belaunde que no había nada que negociar y que, si quería, el Perú podía optar por demandar.
La presión de la oposición peruana –encabezada por el entonces antichileno Humala– y la creación chilena de la región Arica-Parinacota terminaron por inclinar la balanza.
Los límites de la provincia trastocaban el límite terrestre Perú - Chile a la altura del Hito 1.
La responsabilidad de dicha iniciativa es atribuida a María Teresa Infante, “halcón” del departamento de Fronteras de la Cancillería chilena y hoy integrante del equipo de ese país ante la CIJ.
La ley Arica-Parinacota fue dejada sin efecto por inconstitucional pero las cartas ya estaban echadas.
A pesar de la creciente tensión, Bachelet se mostró sorprendida e indignada por la presentación de la demanda, lo que lleva a otros especialistas a cuestionar su destreza en el teje y maneje de las relaciones internacionales.
Con todo, luego del shock inicial los procesos de integración económica siguieron en curso. Bachelet acuñó la frase “relación inteligente”, mientras el Perú el de “cuerdas separadas”. La relación política, nunca tan interdependiente en términos económicos, se normalizó ejemplarmente en los últimos años.
Hoy se espera que un canciller más ducho que el economista Foxley –como los voceados José Goñi o Luis Maira– pueda cumplir un papel trascendente en los próximos meses. Bachelet anunció que tendría listo su gabinete en la quincena de enero.