sábado, 19 de octubre de 2013
Kon Tiki, nuestros antepasados eran grandísimos navegantes
El 28 de abril de 1947, la tripulación encabezada por el expedicionario y etnógrafo noruego Thor Heyerdahl partió del puerto del Callao con rumbo a la Polinesia. Montados en la Kon Tiki, una embarcación artesanal construida con madera balsa, cáñamo y otros materiales originarios del Perú, buscaban confirmar una teoría que Heyerdahl había construido durante su estadía en la isla Marquesa de Fatu Hiva. Por la observación de la flora y de la iconografía local, pensaba que los antiguos polinesios y las culturas preíncas habían estado relacionadas, y que entre ambos pueblos había existido una antigua comunicación por el mar.
Heyerdahl y sus hombres navegaron 101 días a merced de las corrientes y los vientos, comiendo lo que pescaban y tomando agua de lluvia, en un océano Pacífico turbulento e infestado de tiburones, hasta que una mañana alcanzaron a divisar las costas de Tuamotus, en la Polinesia Francesa. Surfeando una enorme ola, la Kon Tiki alcanzó la playa, coronando el éxito de la expedición.
Esta aventura heroica y asombrosa −comparable con la conquista del Polo Sur por el también noruego Roald Admunsen o la primera coronación del monte Everest por el neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay−, convirtió a Heyerdahl en una personalidad mundial, aunque sus teorías nunca fueron aceptadas por la comunidad antropológica. El documental que produjo sobre este viaje de 7.000 kilómetros ganó un Oscar, y el libro donde relataba sus vivencias e impresiones fue traducido de inmediato a 70 idiomas y lleva vendidas más de 40 millones de copias.
Estrenada este año y dirigida por Joachim Roenning y Espen Sandberg −nacidos en un pueblo a diez minutos del de Heyerdahl−, la película Kon Tiki relata las peligrosas jornadas que vivieron estos hombres arrojados y excéntricos desde el Callao hasta Tuamotus. Tanto ha sido el éxito de esta producción, la más costosa en la historia del cine noruego, que la quinta parte de los cinco millones de habitantes de este país escandinavo la han visto, y llegó a ser una de las favoritas para ganar el premio de la academia en la categoría idioma extranjero (que finalmente obtuvo Amor, de
Michael Haneke).
Fotografiada con mucho gusto, la cinta es muy espectacular, aunque tiene un punto kitsch que por momentos la desmerece. De todas formas verla es una experiencia emocionante, en especial para un peruano, pues buena parte transcurre en nuestro país −ojalá se estrene pronto aquí−. Según cuenta, el paso de Heyerdahl causó tal sensación que hasta el propio presidente José Luis Bustamante y Rivero se interesó por el proyecto, y ayudó a conseguir las herramientas y los materiales para construir la balsa.
Thor Heyerdahl es un héroe nacional entre los noruegos, y debería estar mucho más presente entre los peruanos. Los riesgos que corrió en su afán por demostrar que nuestros antepasados eran grandísimos navegantes, integrantes de una civilización con una tecnología y unos conocimientos tan avanzados que podían construir balsas para cruzar el océano y conquistar o relacionarse con otras culturas, de sobra lo ameritan. Gracias al milagro de la Kon Tiki el Perú estuvo en las primeras planas del mundo en 1947, y ahora lo vuelve a estar.
Raúl Tola
(Lima, 19 de noviembre de 1975) es un periodista y escritor
peruano. Bachiller en Derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú,
ejerce el periodismo desde 1993, año en que ingresó a la revista
"Sí". Posteriormente colaboró en diversos medios escritos, como el
diario "El Sol", la revista "Quehacer" y la revista
"Caretas".
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