sábado, 13 de julio de 2013

REPARTIJAS


LLENANDO DE GATOS LAS DESPENSAS
Sabado, 13 de julio de 2013 | 4:30 am

Cinco días antes de la fecha programada, la elección de funcionarios en el Congreso ya está desprestigiada. La causa es una percepción de la poca idoneidad de algunas de las personas propuestas por los bloques políticos. Pues si bien el sistema de cupos llevaba a esperar figuras cercanas a partidos, no se esperaba que algunas llegaran con cuestionables currículos.
Son dos cosas muy diferentes. Los partidos tienen, dentro o en torno suyo, gente adecuada a los cargos por llenar. No tienen por qué hacerse representar por personas que, por línea de carrera, son susceptibles de producir largos años de escándalo en el cargo. Como si los partidos deliberadamente quisieran dañar las instituciones para las que eligen.
No es solo un asunto de trayectorias profesionales picantes, por decir lo menos, o ejecutorias administrativas que levantan muchas cejas. También están el celo ideológico o el fanatismo partidario. No es que se esté prejuzgando. La gente a la que aludimos tiene largas trayectorias que una ciudadanía sorprendida conoce.
De modo que la alegría por haber el Congreso logrado consenso luego de dos años de perder tiempo y dinero públicos se ve desfigurada por el contenido de una parte de ese consenso. Lo cual refuerza la idea de que el sistema de cupos partidarios ha entrado en un descrédito que refleja el que viene arrastrando el propio Congreso.
Como actualmente todos los partidos tienen asuntos pendientes con la justicia, no hay que ser un lince para comprender que el Tribunal Constitucional va a intensificar su condición de espacio para el pulseo político. La descripción más benévola sería llamar al próximo TC una extensión del sistema de bancadas parlamentarias.
En tal medida los actuales choques de diversos líderes políticos (incluido el presidente Ollanta Humala) con el TC son un elocuente adelanto de lo que va a suceder con ese tribunal en los próximos cinco años. Se convertiría así la justicia constitucional hiperpolitizada al máximo en piedra de escándalo constante.
El caso de la Defensoría del Pueblo es parecido. Colocar en ese cargo a una persona muy controvertida, con una trayectoria salpimentada con un rosario de conflictos, sin una vocación conocida de defensa de intereses ciudadanos, no parece lo mejor para esta etapa de la vida nacional. ¿Cómo explican los congresistas el consenso en torno de Pilar Freitas?
El Congreso no debería aferrarse a la mayoría calificada que ha encontrado, y a la que por su contenido cada vez más se llama despectivamente repartija. Debería más bien re-barajar las cartas de nuevo. Vínculos partidarios sí, pues eso no debería invalidar a nadie. Pero trayectorias desacreditadas no.
Mirko Lauer

Mirko Lauer (Žatec, República Checa, 1947) Narrador, poeta, ensayista y politólogo. Es Bachiller en letras por la Pontificia Universidad Católica del Perú y Doctor en literatura peruana y latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es autor de una amplia obra poética que comenzó en 1966 con el poema teatral En los cínicos brazos y que ha continuado con obras como Sobre vivir (1986) y Tropical cantante (2002). Como novelista, ha publicado Secretos inútiles (1992), Orbitas. Tertulias (Premio Juan Rulfo de novela corta 2005) y Tapen la tumba (2009). En 2010,publicó Bodegón de bodegones, un estudio de las artes visuales del Perú a través de su gastronomía, premio Gourmand para libros gastronómicos ilustrados.

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